sa ¿Pero quién se creía qu
ado tocar por un hombre que no era su novio? Y además ¿Cómo podía creer ese hombre que la vería arrastrarse par
s cuantas cosas. Porque si él estaba acostumbrado a intimidar a mujeres para
ba que alguien lo ponga en su lugar y ese alguien sería ella, Abril. O por lo menos lo int
ó los pasillos hacia su oficina, al mismo tie
ue atendía un asunto importante, aunque nada podí
guridad en tanto no dejaba de mirarla y observ
computador de lado y mientras se apoyaba en el respaldo de la silla es que rompió el silencio entre los dos.
y él chistó con su boca al mism
na por la mañana estará listo. Ahora sí su intención es firmar el acuerdo que le propongo para ser mi esclava, ese podemos cerrarlo
ginarse de qué se trataba o
yo deseo. – el rostro de ella quedó inmóvil con la misma expresión de espa
loco. – espet
o la esclava que serás una vez que firmes el acuerdo. – entonces ella rompe en risas y él jamás oy
aré absolutamente ningún acuerdo, si quiera el de trabajo. – pero él sabía cómo podía con
a recupere el movimiento en sus piernas? - ese comentario
a ser una estúpida esclava sexual de un enfermo psicópata
me y ambos tendremos lo que buscamos, usted el dinero y yo a usted, atada en mi cama follándola duro. – ese coment
ijo extendiendo su mano
ano con la suya y acercó su boca a la misma, para meterse uno de sus dedos en su boca fijando
lo próximo que tendré en mi boca
deseaba que hiciera lo que dijo. Lo deseaba esa parte sucia y morbosa que llevaba dentro. La realidad es que incon
n gesto perverso como excitante. – se que lo quieres. – saca su lengu
como una manzana, sus pezones erectos y su zona íntima mojada y adol
olvo de su vida. – dice sin dejar
ra a medias y entonces deja sus de
ojos cafés. - ¿Quiere sentirlo dentro suyo? – volvió a asentir sin da
ió de lado haciéndole creer que la tenía en sus manos y le apretó tan fuerte l
va a tocarme. ¡Idiota! –
ntrato de trabajo. Habrá tiempo para convencerle de que soy su única opción de que su hermana vuelva a caminar. – dijo y a ella se le suavizó el rostro ¿Debía aceptar? Realmente necesitaba el trabajo, quizás podría hacerlo y cuando encontrará algo mejor cambiar de trabajo. Lo cierto es que ella se buscaba cualqui
se. – y
– dijo seguro de que ella est
saber que algo estaba sucediéndole y no le ha dicho absolutamente nada. Eso de salir corriendo porque acaba de
ril había llegado a casa. Cuando traspasó la puerta y la vio sentada
guió directo a la cocina. Necesitaba be
firmemente y Abril solo pudo dar un fuerte respir
entonces ella la mira de arriba abajo y s
é. – habla haciendo movimientos con su
irme perdón y fijarse que esté bien, solo le preocupo su maldito auto. – hizo una pausa y continuó – cuando fui a cenar con Mauro me lo encontré en el restaurante y tuvimos un evento desafortunado, pero el se compor
espeto asqueada, pero
ó ser uno de los empleadores y se volvió a insinuar, me ofreció un acuer
había hablado lo suficientemente rápido como para q
depravado Abril?
nuó. – me penetró con sus dedos y a mi... - dijo mirando a todos lados caminando de un lado a otro in
niendo la risa. - ¿Y quién e
– y su amiga se a
entusiasmada. – por dios, que envidia me das, perra. – hizo un gesto obscen
ojos de Erika se abrieron com
on al cuarto que compartían. – vamos, suelta todo. – habla entusi
eres que t
as visto la polla? Todo, no omitas nada... ya
– se que
zgues. – y ríen ambas. - ¿Pero le has visto la polla? – y el silencio de su amiga lo dice todo - ¡Puta er
orgasmo. – me espera mañana a las 8 am para f
por estar en tu lugar? – ella niega. – yo tampoco, pero soy una de ellas. No seas tonta. – y guardan silencio. – piensa en todas las que desearí
ovio. – y ella l
hora y él, en un año y pico que llevas no lo ha logrado. Definitivamente te hace falta una buena revolcada. Además, necesitas el din
azón. – di
e a eso no se refería. – bueno, entonces a prepararse que mañ
ad es que Santino tenía toda la razón, juntar la plata le llevaría mucho tiempo y con él la tendría en un abrir y cerrar de ojos ¿Pero a cambio de que? Eso de ser su esclava sexual daba a muchas ideas en su cabeza, sin imaginarse lo que rea