ro susurro del aire acondicionado. Elena, que estaba de pie junto a la ventana, mirando las luces de la ciudad que brillaban en la distancia, sintió un escalofrío
de sus movimientos, con una mezcla de preocupación y curiosidad. Sabía que este momento sería crucial, pero tambi
ero el tono estaba cargado de una amenaza implíci
ntrolada del hombre resonó en los
entes, su expresión end
lalobos? No tengo
a sonando como si estuviera disf
co has cambiado. Es una lástima que no
án no le había dicho nada sobre las negociaciones previas con Villalobos, pero algo en su tono le indi
stián con voz firme-. Pero si sigues con tus amena
quirió un matiz de diversión-. Has estado jugando con fuego durante mucho tiempo, y a
bos se hizo más ba
trata solo de ti. A veces las piezas en este jueg
o en el estómago al escuchar esas palabras. ¿Qué quería decir Villal
eguntó Sebastián, sin intentar o
antes de responder. Su silencio er
drían estar más involucradas de lo que crees -
stián, que parecía haberlo entendido de inmediato. Su rostro estab
Villalobos. No lo toleraré -dijo Sebastián c
ía algo en su risa que hizo que Ele
án. Tal vez este sea el principio
lenó la sala, pero la atmósfera seguía cargada de la amenaza latente. Sebastián no se mov
ortarlo más y dio
ir con eso? -pregunt
avemente sobre la mesa. Se giró hacia el
ecir... tiene que ver con algo que ocurrió hace mucho
blando? -preguntó
su alto despacho, como si estuviera buscando las palabras adecuadas. Elena no enten
pongas en peligro, Elena.
solo en esto? Sebastián, esto no es solo sobre ti. Esto es sobre los dos, sobre lo
abía algo en su mirada que la hizo sentir pequeña, vulne
de hacer Villalobos. Y si me sigues acompañando, estarás en
. Yo elegí estar aquí. Y no me vas a apartar de tu lado, n
e. La tensión entre ellos era palpable, un lazo invisible pero irrompible
jo, su voz grave, casi rota-. Pero si me si
odía evitar el deseo de no separarse de él. Su corazón latía con fuerza, sabiendo que las palabras d
có más, mirando sus oj
-
os en una telaraña invisible se hacía más densa. Sebastián había comenzado a planear una serie de movimientos, pero Elena sa
e preguntas sin respuesta, cuando escuchó un ruido en el vestíbulo. Se levantó rápidamente y salió al pasillo, donde vio a Sebastián en medio de
-preguntó Elen
astián, como si esperara que
la-. Villalobos no solo está detrás de nosotros. Está usando a al
formas, pero el pensamiento de que alguien cercano a
untó, su voz c
la miró
Pero pronto l