LO
del reino; uno de los que vagamente recordaba de mi niñez. Mi madre solía darme paseos por este bosque; me decía que era m
correr y me dedico a caminar en busca
ese momento entiendo porque el hombre me había llamado bu
un momento había llegado a olvidar por lo que estaba pasando. Había sido desterrada de mi hogar, mi padre ya
s seco tan rápido como puedo. No me gustaba llo
surro al tomar el extraño
simo por las noches. Nadie sabía de él; solo yo. Incluso me pidió que j
a y los pies. Termino con ello y me pongo a jugar con
bargo, te prometo que mañana sí, así que, por favor
ila a la luz del fuego cuando de pronto, escucho algo y eso me alert
ilencio por mucho rato hasta que de pronto, siento a alguien tomar uno d
n volver, pero escuchar que alguien más me venía
uno de los gigantescos árboles que crecían en este bosque. Al caer, siento un fuerte dolor en mi
ños al aire cuando de repente, siento una enorme mano juntar y sostener mis muñecas. Trat
cho más -escucho una seria voz-. No te h
n me ase
otra alternativa q
enorme sombra negra, pero podía distinguir que
astimado. Necesitarás
ir; no necesi
ontesta, nuevamente, m
lo suplico, s
z- y, por favor, deja de mover
o curarme.
pu
or
los cuales nadie puede entrar
astim
ucionaremos después. Primero, debo llevar a que te curen. ¿Pue
no muy segura al m
o cubría parte de su rostro y no me dejaba verlo con total clari
cluye igual de serio; y de
r favor, debo r
nde sereno y se da la vuelta pa
a un tipo muy
digo en silencio al ver que volv
uz lo alumbraba. Cuando lo veo, no lo pienso dos veces y trato de huir aterroriz
epente, siento mi cabeza golpear con el tronc