img La Flor del Magnate  /  Capítulo 5 La tienda de ropa | 33.33%
Instalar App
Historia

Capítulo 5 La tienda de ropa

Palabras:1228    |    Actualizado en: 25/01/2025

salir corriendo, pedir ayuda. Pero cuando trató de imaginarse abriendo la puerta y huyendo, sintió que sus piernas no responderían, como si el miedo las hubiera paralizado. Además, ha

a de sus pensamientos. Estaba completamente atrapada en una red de preguntas sin respuestas. ¿Qué quería de ella? ¿Por qué la había llevado hasta allí? La incertidu

o una tormenta imparable. Intentó ordenar sus pensamientos, encontrar alguna lógica, pero todo escapaba a su comprensión. Lo único que sabía con certeza era que ya no estaba a salvo en su propia vid

Sintió el aire cálido del día. Tragó saliva, su corazón martillando dolorosamente contra sus costillas. Estaba a punto de enfrentarse a lo desconocido, y po

espacio se habían distorsionado. El extraño la guiaba con seguridad, su mano firme sosteniendo la suya. Sentía la calidez y la fuerza de su agarre, una presión constante que le recordaba que aquello estaba

guntarle quién era o qué pretendía. Algo dentro de ella se resistía a romper el silencio. Era como si la presencia de este hombre la mantuviera en un trance, una mezcla de miedo, c

Él la llevó hasta una zona específica, señalando algunas prendas que las empleadas rápidamente recogieron y le llevaron al probador. Ha-na se dejó hacer en un pequeñ

entender. Cada vez que la miraba, sentía una oleada de calor recorriéndole el cuerpo, una sensación inquietante que la hacía querer apartar la vista, pero al mismo tiempo, la atraía como un imán. Él tenía una pres

hecho de que él, un completo desconocido, se hincara frente a ella y la ayudara a ponerse los zapatos, le provocó un escalofrío. Era una imagen que se alejaba completamente de la realidad que ella conocía. Le quitó los tacones c

una niña a la que estaban cuidando. La confusión en su interior se mezcló con un extraño sentimiento de vulnerabilidad. ¿Por qué hacía esto? ¿Quién era él para preocuparse tanto por

arse en su garganta. Sus palabras seguían ausentes, atrapadas en algún lugar entre el miedo y la incertidumbre. Él la miraba con una expresión se

xtraño y distorsionado. El mundo exterior apenas la tocaba mientras él la guiaba. La brisa cálida del día acariciaba su piel, pero no lograba sacarla de ese trance en el que estaba sumida. El viaje

n trozo de pastel, ella tomó un pequeño bocado. La dulzura se extendió por su lengua, pero su mente seguía demasiado revuelta como para disfrutarlo. Él se sentó frente a ella, con esa mis

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY