ndo el saco de Elian contra su cuerpo. Él la siguió sin hacer preguntas. No
lso con un movimiento mecánico, pero antes d
-dijo en un tono más
n as
es que
pregunta. Sus ojos se encontraron con los de él, y por un moment
egundos, desvió l
. qué
plemente entró con ella y c
momento de estrate
el pasado de ambos parec
mplio y sofisticado, pero frío, como si no hubiera sido realmente habitado. No había fotos familiares, ni recuerdos
llevaba su saco puesto, sujetándolo con una mano. No e
de beber? -preg
está
una antes de apoyarse en la encimera. Por primer
rte -comentó con una pequeña son
orbo de agua an
e no quería
rando si discutir eso o dejarlo pasar. Finalmente, suspiró y ca
lo que pasó hoy -a
endo cierta distancia. Había conocido a muchas personas que fin
antes? -pregu
on expresión sorprendida.
é te r
Has tenido que enfrent
n momento ante
o creces en la familia Villen
ista de ella. Había verdad en sus palabras
o confías en
nrió co
te crían para ver a todos
agua, pensativo. Sabía exa
, me pediste q
ró los ojos,
noche prefiero ten
respaldo del sofá, inclinán
qué
brillo de desafío en sus ojos, per
nto. No eres como los otro
onrió l
e hace pe
ncogió de
sti
ió, pero tampoco
ficativo. No había necesidad de palabras, porque ambos
or un instante. Elian, por su parte, se quedó en su lugar, o
seguro de que ella tampoco confiaba en él. Pero, por algun
s tiempo del que esperaba en ese dep
éndose de pie-. Creo
en el sofá, abrió los ojos lent
n poco más
la miró con cautela. Sabía que acercarse demasiado a Maya era un
ue sea una
con una expresión indescifrable. Dio un paso
-preguntó e
ia dónde iba esto y no tenía
e su saco, el mismo que aún llevaba puesto. Se inclinó
res irte... -susur
nía, el aroma de su perfume, la intensidad e
ombre que se dejara
ra hacer algo más, Elia
ás equi
ara hacer que Maya parpadeara con sorp
partamento. Bajó las escaleras sin voltear atrás. Sabía que Maya
te el aire fresco de la noche. Había co
or estaba
inutos
r anunció la llegada
ente calculada de vulnerabilidad. No pasó desapercibido para ella e
tó Camille de inmed
da, como si estuv
labio como si estuviera insegura de si d
se cerró en un puño y sus
Qu
presa ni enojo. Simplemente la ob
e qué ocurrió -dijo e
como si le costara
ada, fingiendo incomodidad-. Le dije que se detuviera, pero no parecía
tó de golpe. Su
a mat
lmarla. Sus ojos seguían fijos en Maya, como s
jo con serenidad-. Ya n
uscando su reacción. Sabía que
que Jacques Villeneuve ja