ignorar el recuerdo de la sonrisa de Nicolás, de su mirada llena de curi
mitirse sentirse así por algui
aja, abrazando su almohada-. Est
ra un invento de los cuentos y las películas románticas. La realidad era di
ué no podía sacarse a
era una tontería pasajera. Al día siguiente, volv
os, eso
lo que fuera- tenía o
-
oncentrarse en la música y no en sus pensamientos. Había decidido ir a su cafetería favorita an
al café y levantó la vis
ventana con un libro en l
ntiera, alzó la
tre
el estómago. No. Esto
mente existía... entonces
é, con el corazón latiéndole tan fuerte que temió
ntó antes de pensar en c
e y levantó el libro
que parece que hoy también el
retó los labios y desvió la mirada, sintié
ruzando los brazos-. Las cosas pasan porque
n la mesa y la miró con
es de las que no
xa
onces tampoco crees
fila para ordenar su café-. Esto es s
egu
año que era haberlo encontrado otra vez en menos de veinticuatro horas. Así que simp
a de Nicolás sobre ella. No de manera incómod
de inmediato. Sin embargo, por alguna razón, su
rme? -pregunt
ás so
sup
sintiéndose extraña
ró-. Solo quiero termin
con una sonrisa encantadora,
bió un sorb
tasías. No creí
entía que algo fuera de s