rd -no dudé ni un minuto- ¡H
ra una mala persona. Es decir, podría haber sido peor, ya que nunca me agredió físicamente ni intentó matarme, aunque aborrecía mi exist
Clifford sólo piensa con la polla. Se ha tirado a todas las mujeres del país que tienen una cuenta con más de tres dígitos. Es un jugador
fidelidad, Ernest? - Rose rió ir
terlos toda la vida? Rose le había perdonado y, cuando tomó esa decisión, debió hacerlo de corazón y no de
onreí- ¡Es Jorel Clifford! Me casaría con él aunque no tuviera
s 19 años. Tienes que darte cuenta de que eres mucho mayor que eso. Sufrirás, hija mía. No tendrás marido. Jorel s
artó la posibilidad - Él sólo quiere una esposa sumisa para su hermano y segura
isa es una cosa. Renunciar a algunas cosas por el bien de alguien a quien amas es otra. En otras palabras, no soy sumisa con papá y mi familia, pero los respeto y los quiero lo suficiente como para hacer pequeños sacrificios a cambio de su felicidad. Casarme con Jor
estaba de acuerdo, pero pude ver en s
l móvil de
Jorel. M
. ¿Fue sincero? Por supuesto que no. Pero era mejor darme un abrazo de agradec
nada que me distinguiera de los demás, aparte de la diabetes tipo 1, escribir una biografía de mí mismo y el optimismo que formaba parte de todo mi s
mundo. Pero yo creía que existía por alguna razón y por eso escribí mis memorias en vida, en un cuaderno, porque cuando muriera encontrarían y publicarían mi biografía: "Olivia Abertton, la mujer que sobrevivió al caos y
que me quitaría la virginidad, como había soñado unas cuantas veces. Si
o? - Mi padre me sacó
ontento. - Lo
ejó. Rose y yo nos miramos fijame
tus planes, Olivia!
creí que el vaso estaba "medio lleno". ¿Era horrible? Oh,
a cita para que usted y Jorel Clifford se reunieran. -
aceptó!
n una cena en la residencia
visitar una de las mansiones de los Clifford? ¡Ni siquiera tengo ropa par
rmitorios que personas, todos en suite, habitaciones grandes, muebles caros de calidad... Esa mujer no sabí
so fui muy aplicado y agradecido cuando llegué a casa de los Abertton, para no dec
a marca reconocida y de confianza al evento en el que conocería a m
coche frente a la residencia de los Abertton- ¿Quién va de naran
uevo desnudo! - Inten
eda bien cualquier color. - Isab
brazo por el hombro, asegurándose de que estu
mará mucho la atención por el color. -
cipal, mamá... - Isabelle se rió burl
ta vez ni siquiera quiero
medir seis metros de alto y de ancho, nos esperaba e
mentira. Pero estaba segura de que allí no vivía nadie más que el personal, porque no había señales de vida
castillo. Y allí estaba mi sueño: "Jorel Clifford". Quise que mi corazón no delatara tod
ente me estaban utilizando como moneda de cambio para que a mi padre no lo tiraran literalmente a la cuneta,
los de Jorel. Dios, ¡era verdad! Iba a tocar al ídolo de mis sueños, que e
s, pero en las fotos parecían marrones claros. Me gustó lo que vi en persona. No me decepcionó el color, al contrario, me encantó. Su mirada era expresiva y dócil. Debía de medir casi 1,80 metros. Pero c
mirarme con una leve sonrisa en los labios. Nunca imaginé que no pudiera ser dulce y encan
. - Se me presentó,
A tu servicio. - Intenté hacerlo bien y no sonar com
ndome a un rincón apartado de la habitación, junto a una enorme ventana de cris
nto en tu jardín? - me
equeños arbustos. Pero no venimos
irar el lugar - Dios mío - me moqueé, avergonzada - Lo siento..
ara la ocasión (¿o siempre era así?)- Una boda por el bien de nuestras familias: tu padre no estará
a suya y continué si
e piensas como yo. - Tomé un sorbo de champán, que bajó ardiendo, la
do hoy, incluso sin saber nada de este puto trato, te pediría q
de evitarlo. Jorel era exactamente lo que esperaba: un encanto. Por supuesto, un dulce mentiroso que quería llevarme a la cama. Pero no iba a sali
El único hombre del lugar al que no conocía, pero
ión de que algo pudiera romperme o debilitarme, ya que mi pasado había hecho todo lo posible por destruirme y había fracasado. Pero ahí estaba mi ruina,