que había estado evitando durante días ahora parecía inevitable. No había vuelta atrás. El dilema que había estado luchando en su mente, ese s
interna de Víctor. Durante los últimos días, Víctor había pasado innumerables horas pensando en cómo acercarse, cómo romper el silencio que se había formado entre ellos, cóm
or rompió el silencio. Su voz, aunque firme, estaba teñida
ntido, pero lo que siento no es solo atracción profesional. Es algo más profundo. Algo que no puedo ignorar. -Las palabras salieron a
stello de comprensión, de sorpresa quizás, pero también de algo más. Algo que Víctor no logró identif
riesgado, tan fuera de lugar en su vida perfectamente estructurada, que se preguntó por un momento si había cometido un error al abrir su
e habló, su voz c
iba a pronunciar. - Esto no es sencillo. No es algo que pueda ser resuelto rápidamente. Lo que estás sintiendo... no es algo que desaparezca fácilmente, pero tampoco
nsado que esto sería sencillo? ¿Cómo había imaginado siquiera que podría hablar de esto sin que sus acciones tuvieran un impacto significativo en su vida? La vida q
haciendo es ignorarlo. No puedo seguir viviendo en esta mentira, no puedo seguir siendo alguien que no soy solo por miedo a perder lo que te
parecía que todo se reducía a este momento, a esta conversación. Víctor sentía que se encontraba en un precipicio emocion
on la conversación. Víctor lo observó desde donde estaba, cada paso de Ricardo parecía una reflexión más profunda de todo lo que estaba sucediendo. Cuan
do lo mismo. Sé que es confuso, sé que esto va a cambiar todo. Pero lo que no puedo prometerte es que esto no se complique más de lo que ya lo está. Mi v
omento algo en su interior le decía que tenía que seguir adelante. No importaba lo que sucediera. No importaba cuán oscura y aterrado
ra, como si la decisión ya no estuviera en sus manos, sino en la
pasaba por su mente en ese instante, pero lo que sí sabía es que, en ese moment
ndo que esto no existe. Lo que sea que haya entre
almente, estaba siendo honesto consigo mismo y con Ricardo. Las preguntas seguían, la incertidumbre seguía, per
r igual. Las decisiones que tomaran a partir de ahora definirían su futuro, y, aunque el miedo seguía ahí, también h
icardo rompió
Necesito tiempo. Tú también. No sé qué será
fácil, pero por primera vez en mucho tiempo, sentía que estaba en el
taba de la silla, era la primera de m