isma
dn
m
ra vida sin que nos demos cuenta, hasta que un día su ausencia duele más que cualquier golpe. Ahí donde el tiempo se detiene con un roce y un
ncendio y abrigo, y con quien se puede abrir no solo el cuerpo, sino también la mente. Porque amar no es solo compartir sábanas, sino también silencios, batallas y cicatric
hora, sino un cometa que cruza el cielo en el momento justo. Es un rayo que ilumina la vida, aunque solo caiga una ve
asiado el futuro, sin preguntarnos si la distancia de la universidad nos fracturaría. Cuando nos dimos cuenta, ya vivíamos juntos, profundamente enamorados, soñando con un futuro donde solo existíamos él y yo. Co
o hay ni una pizca de entusiasmo, más bien es comodidad, seguridad, ¿cariño o gratitud? y a veces momentos de locura que terminan en la cama, pero nada más. No hay amor, por más q
, negar mis sentimientos percibiendo su aliento en mi rostro, sintiendo el roce de sus dedos sobre mi piel y lo más grave, su mirada intensa y penetrante me descolocaba. Mis latidos estaban disparados
ntenida, con el dolor de los recuerdos y la furia de la decepción. Juro que estuve a dos segundos de abofetearlo por comportarse como un patán. Pero me
or que a mí misma? En su lugar, encontré a alguien diferente, un hombre arrogante y banal envuelto en un traje caro. No sé en
l baño para recuperar la compostura, me miré en el espejo, respiré hondo y me obligué a sonreír. Una sonrisa
. Sin embargo, todo me resultaba asfixiante: la conversación superficial, las risas forzadas, la opulencia desbordante que convertía la estancia e
bien cuidado, piel blanca y mirada azul inquisitiva, analítica. Su porte impecable, su actitud cordial y su conversación amena estaban calculadas
ón a su charla, mientras disimuladamente buscaba a
e, salir corriendo de esta mansión. Suspiro y doy un sorbo a mi champagne justo c
lacio cae con precisión estudiada sobre sus hombros, y sus ojos verdes me recorren de pies a cabeza con un destello
turrea con una voz chillona-, per
njamín. Shirley O'Connor. Y, por lo visto, tan
onríe con orgullo-. De hecho, qué bueno que llega
una vez más mientras su padr
aquí donde la ves es una astuta ejecutiva que está
enjamín me incomoda, pero sonrío con
tusiasmo-. Es un placer conocerte, Am
o con diplomacia-. Y no creas todo lo q
a se mantiene intacta, pero en sus ojos sigu
decir algo más, B
amigo? Quiero preguntar
vertencia a su padre antes de
cierto, me dijiste que pie
serena, bebiendo otro sorbo de champagne-. ¿Para cuán
a que formulo la pregunta, sé q
corazón se detiene por un segundo-. Mi novio es un perfecc
río recorrerme la espa
n. Debe tratarse de otro hombre. Tiene que ser otra persona. ¿Cuántos
a torturarme aún más, somos interrumpidos
los suyos y mi respiració
, observándonos con curiosidad. Per
e a su brazo con un gesto posesivo que me revuelve el estómag
do estuviera en orden. Como si no nos hubiéramos ama
zón en mis oídos, un retumbar ens
con un tono que intenta ser casual-. ¿Cómo
e todo y yo me quedo aquí, atrapada en un torbellino d