respondió con e
o sea,
. Sabías que no debías contrari
der, pero eso no lo d
tante. La gente que jamás te habría dedicado un segundo de no ser por mi apoyo
l. "¿Y decides hacerte el santo conmigo cuando llega el momento de cosechar l
su interior como un sabor
siempre gana. Cuanto antes lo sepas, antes podrás
s reprimió el impulso de levantarse y asestarle un buen bofetón. Decidió no hacerllataba que sabía algo que ella desconocía. La inquietó profundame
piso del edificio administrativo cuando se detu
or encima de todo y tendía a mostrarse frío e indiferente en su afán por la eficiencia y el progreso.
en exceso. Amelia siempre pensó que, en casa, debía ser de
toda la pared del fondo. Salvo un gran cuadro de una zona univ
recía tallado de un solo tronco macizo de caoba, con ranuras y tal
a. Era la primera vez que lo veía en privado; sus sonrisas siempre se res
señaló la silla del invitado. "Por fa
ente de inmediato empezó a sacar todas las conclusiones posibles de u
e vengara después de despedirla. Ni siquiera estaba segura de si podía molestarse por
simplemente una cosa más arrojada
bre su escritorio y los apartó. La miró fijamente un buen rato, sin duda intentando encont
tivo antes de hablar. «Ante todo, quiero que sepa que tengo plena confianza en u
rmuró Amelia, má
tan brillante y dedicado enseñando a nuestros estudiantes. Aquí somos una meritocracia; la antigüedad i
a la autoridad final sobre su puesto de maestra. Gracias a Dios. Considerando lo meticuloso que era el De
os sobre el bolso que tenía en el regazo mientras se enderezaba en la
sólidos. Presentó todo lo que tenía al regresar del viaje, y no necesito recordarle que la universidad también tiene derecho a reclamar su trabajo. Claro que
ecía que era lo mejor para la universidad que sus resultados no fueran desestimados. Así que no er
o los mendigos n
ba: «Agradezco tu con
sar de todo esto, te he llamado hoy p
e Amelia se
siera hablarle
staba a punto de presionarla para que vendiera a la misma gente que Elton y que solo la estaba adulan