img EL QUE NO QUISO LUCHAR FUI YO  /  Capítulo 3 Mariana | 6.25%
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Historia

Capítulo 3 Mariana

Palabras:2031    |    Actualizado en: 23/04/2025

QUISO LUCH

ítu

cia L

sa de mi amigo a recoger mi encargo, Sandra no se despegaba de mi lado. Me dolía el estómago de tanto reí

, ya no soy tu novio, ahora tu verás como pasas por el

o es justo-hizo un gesto en señ

aceptes algo -sonreí-, tr

isita-, no es eso, es solo que no estoy acostu

cir, los hombres, p

que no le gustaba estar pidiendo. Era como terca la muchachita, aunque era admirable, sin duda una mujer única, muy pocas como ella. Me levanté y pedí todo ti

ntir cuando estaba con ella, disfrutamos nuestro

o. Ahora entendía porque mi hermanito disfrutaba tanto con ella. Me dijo que estab

na sonrisa podría cambiar tu día, no podía olvidar mi objetivo. Decidí regresarme al pueblo al día siguiente, solo me despedí de mi madre porque Sandra aún dormía.

.

ar. Por primera vez mis padres se sentían orgullosos de mí, al fin logré sentir un poco de amor por su parte. Me presumían delante de todo el mundo y de toda la

sesionó tanto con mi carrera que decía que tenía que entrenar más duro todos los días, que siempre tenía que ganar y dejar el apellido de la

de espantarla, estaba peor que un papá celoso con su hija. Según él,

re quería para tenerlo feliz, no salía con nadie, no tenía novia, era una persona muy solitaria. Tenía

s me exigía. Pasaba el tiempo y yo crecía profesionalmente, la exigencia de mi padre aumentaba. A pesar de cumplir mis sueños no era para nada fel

no-, cada vez mejor, eres un excelente e

ientes-, el entrenamient

a? No te

e soy feliz, pero -respiré p

. Él quiere controlar tu vida a su antojo, está bien que esta carrera necesita disciplina, pero tu padre se pasa

controlar mi vida a su antojo y mientr

uando y divertirte. Si no lo haces te amargaras más y más

? -pregunté c

n viajar a Italia. Me dijo que él podía ayudarme y conseguir que me entrevistara. Podía tener suerte, no lo dudé ni un momento, además con

viamente a mi padre no le gustaba la idea de saber que no podría manejarme a su antojo. Les dije que era una decisión tomada, ellos decidían si me apoyaban

hora resultaba que mi padre quería obligar a mi hermanito a ser ciclista como yo. Simplemente le dije que nadie podía ob

donde apoyaban a las nuevas promesas de bajos recursos. No quería pedirle nada más a mi padre, si tenía que empez

spuesto a arriesgarme por este nuevo propósito. En la escuela, no tan escuela, digamos que era una casa donde ayudaban a cumplir los sueños

no podíamos tomar licor. Me divertía mucho con mis nuevos amigos, estuve un año viviendo, trabajando y entrenando en la ciudad. Tenía muchos ami

ra ciclista, viajó aquí a la ciudad a perseguir su sueño. Desde que la vi llamo mi atención, era una mujer hermosa, alta de cabello negro y ojos marrone

gusto, Esteba

to -estrechó mi

va por aqu

, acabo de ll

cletas. Tenía la misma edad que yo y se había mudado aquí a la ciudad para perseguir su sueño, poder

ces entrenáb

istad, aunque reconozco que había otros sentimientos de por medio. Teníamos varias cosas en común, la más import

guapa, casi siempre la veía con su uniforme y ese día traía su cabello suelto, un vestido ne

hoy! -besé su mano

si nunca me organizo,

puse mi mano en su cintura

las ruborizadas-, quería ver

hermosa, hoy lo

esas cosas, pero trataba de hacer lo mejor. Bailamos como dos horas entre risas, porque yo tenía

a-, aunque creo que te pise muchas veces

y bonita, además tampoco bailé mucho -recostó su c

lé-, quería aprovechar el mome

e giró mirándome

a que tienes para luchar por tus sueños. Lo que más me gusta es que nos apasiona lo mismo, las bicicletas,

momento que te vi- sonrió-, fue algo así como amor a primera vista, me encanta tu form

esos. Sus labios tan cálidos y dulces. Decidimos empezar una relación, para ver c

onde ambos nos quedábamos. Cuando mi padre se enterar

o

va a Esteban en

inua

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