img EL QUE NO QUISO LUCHAR FUI YO  /  Capítulo 9 Me tienes miedo | 18.75%
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Historia

Capítulo 9 Me tienes miedo

Palabras:2208    |    Actualizado en: 23/04/2025

QUISO LUCH

ÍTU

cia L

azos-, tal vez para ti es tonto, pero para mí es la pr

rque aún lo tenía

anita de aquí, solo la minimizaste por eso se quedó a

ó las manos a su pecho

dije en voz alta, se me salió,

que pena contigo, dirás que

mirara-, no digas eso, no eres tonta, s

nte-, quiero que me

encontraron, trataba descifrar qué dec

ló el portátil-, tómalo, i

l y ella salió

ía que yo veía cosas que no eran? Me quedé acostado, abrí mi correo y revisé algunos mensajes. Apagué el portátil, me puse unos

al principio, como fue siempre. Seguí caminando por los linderos de la finca, luego decidí bajar a la tienda que hab

mano-, de haberlo sabido no hubiésemos ten

í, de haberlo sabido le hubie

r no perdía el tiempo, se acercó a ella con una sonrisa y empezó a hablarle, ella solo respondía lo necesario. Cuando salió de la tienda, él salió tras ella.

insistiendo, yo

lla, nunca antes vi

le dices lo mismo a to

o a las que me gustan, acéptam

asa de mis padrinos no quiere decir que puedo hacer lo qu

e que te vi estás metida aquí-señaló su cabeza-. Dime que sí, solo será una salida

ra algo interrumpí, no e

por su cintura, ella se ruborizó-, si quieres pue

caminando con Sandra, reaccioné y retiré mi mano de

n -inhaló-, es

-la miré-, ¿de verd

detuvo y

los ojos, de repente me entró c

os chicos deben pedir permiso primero. Hasta después de los 15 podía tener novio, esa fue

vale la pena lo que sea si la

ije eso, mi hermanito

e detuvo frente a mí clav

de principios y valores, mi primita -

eso de pedir permiso - inhal

-arqueó

ó la mirada-, si a eso s

pasó? -pregunt

se lo dieron, él creía que así todo ser

en

é que cuando no me visita

magino lo q

e encogió d

o no estabas

ería -me miró-, él

, entonces fui yo el que se

ino que quieres mucho a

año con alg

iempo, q

i casa, ella entró a la cocina con mi madre y yo seguí a mi habitación. En mi cabeza estaba decidido mantener mi distancia

rta entró la causa de perder la razón y pensar con el c

-sonrió dulcemente-, ¿a

ndo miraba de esa manera

mi mano a un lado de la cama par

nderlo y apagarlo, cómo buscar los archivos, fotos, videos, música. Luego conecté el internet para enseñarle a navegar, le expliqué que en Google podía bus

que ente

mal tú me ayu

sara nada, solo le das

ie

a en mi pecho. Sentí que el corazón se saldría de mi pecho, trataba de man

por si me equivoco -son

o y con ello todo el

s me daban miedo. Cerré los ojos sintiendo como mis fosas nasales se inundaban por su delicioso aroma, extendí mis bra

avegara en Google como le indiqué, con una sonrisa hermosa me dijo que para escribir en el buscador se demoraría montones pues ella no tenía

minaban al ver la cantidad de cosas que ahí salían. Puse mi barbilla en su hombro y todo su cuerpo vibró, pero imaginé que era por la emoción que sentía al saber que lo estaba logrando. Estaba ta

señé, al menos ya no tenía miedo de toc

se levantó -, gracias por

todo

ver una película

la velocidad del intern

la mayor de todas era miedo a lo desconocido, miedo a descubrir lo que era en verdad. No entendía tantas cosas. ¿Por qué si antes era invisible

A veces la mejor opción es huirle a los problemas, eso iba a hacer yo. Me puse unos tenis, estaba dispuesto a cog

evanté la mirada, vi a

dra? -respondí c

tan esos animales, lo que les lleva son cosas que so

no le ayuda? -v

además ni siquiera has ido a ver los conejos. Hijo, ¿no dejarás que ella cargue sola

gió de

y quieres pasar en la calle siempre, ve ay

o me la paso en la calle,

no ¿no me digas que irás a amanecer? -

stá bien,

ral tan lejos de la casa. Apresuré un poco el paso mientras negué con la cab

-se giró-,

sa. En verdad

males come

cajada por mi

ió-, ¿no los has

ue llegué no

que no son dos

ces? -p

s ojos y ella empezó a

rcaban al verla como si supieran a lo que iba. Empezó a sacar trozos de

o muerden - sonr

sonreí y m

da, como evitándola. Se levantó y caminó hasta el fondo del lugar, se inclinó tomó uno de los conejos más pequeños y lo llevó hasta su pecho. Caminé hasta ella, pasé mi mano por la pequeña

pregunta

ó quedando

s, como si me tuvieses miedo

liva y

inua

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