a. Disculpe usted. -La mujer no apartaba la mirada despectiva de Elise, quien, incapaz
mponente presidente de
café. Siempre el mismo ritual, siempre la misma expresión: ros
ente indiferencia, algo se agitara en su interior. La mujer, con su bebé en brazos, irradiaba fragilidad. No solo era hermosa, sino
leró el paso, como si alejarse pudie
cretaria, siempre tiene la manía de
entras la expresión de Clara se mantenía rígida, como si saborear la derro
cien ya no estaba en su agenda. Las palabras de su secretaria seguían resonando en su cabeza
allá adentro? ¿Por
robando! Yo misma la sorprendí, pero, como era de esperarse, se puso a llorar como si fuera la víctima. Sam, e
resultaban irrelevantes. Su mente estaba en otro lado, dándole vueltas a un problema mucho más urgente: la niñer
ayudarla a buscar trabajo. ¡Imagínese! ¿Quién contratar
concerniera. Sus pensamientos seguían anclados en la misma preocupación: ¿qué iba a hacer con su h
beldía era un grito silencioso de dolor, un desafío constante que ahuyentaba a cualquie
es: su empresa y su hijo. Y aunque se esforzaba por ser un padre presente, el trab
on buenas referencias y una paciencia adm
mami -gritó el niño, cruzando los brazos co
no, te vas a enfermar -suplicó Ter
rrojó el plato de comida sobre el vestido impecable de la ni
ar todo lo que tenía a su alcance: juguetes, coj
a voz desgarrada de Teresa resonó por
s escaleras de inmediato, con el ceño fru
desastre hecho por su hijo, realm
sta niñera papi, y
ien lo abraza, aunque sabía que el comportamiento de su hijo no era el mejor, com
eresa sale corriendo de allí, era la tercera niñer
isiera por la crianza y el cuidado de su hijo, no había encontrado a la persona i
lvió al super de Sam pa
es, señor. ¿
stás? Veo que ya está más recup
le, ¿ha sabido sobre algún empleo?, la verdad necesito conseguir algo
mí, es algo pequeño es suficiente con nosotros, pero lléname tu currículo, posiblemente será más a
de vida, pero nuevamente como una casualidad del destino, la puerta de
empre-él entra sin ni siquiera per
n está al lado de Elise, pero le es completamente indiferente, mientras que ella sí lo había reconocido
no demuestra una sola expresión, se incomoda, sin embargo,
tía como le hervía la sangre por no haber encontrado quien s
tás bien? -é
hillippe? No he podido encontrar a alguien que sea su niñ
onsabilidad así señor, pero si se de alguien que esté
pir la conversación de los dos hombres, tal vez las casualidade
hacia su lado y ahí estaba la menuda mujer, aunque no la reconoció de inmed
da viéndola d
ucho de las labores del hogar y sobre todo de la crianza de un hijo-en eso ella es
n recordó las palabr
a confiar en
la llamó así en ese momento,
o, pero estoy buscando alguien más calif
te mal por sus palabras, pero
la nuevamente lo había cautivado, no era una
arrogante-ella
tu misma situación, son padres solteros, así que confiar se le hace difícil, además su secretaria es qu
cepcionada, hubiese podido