inutos regalándome por correr inmediatamente a la computadora y diciendo que ya era una esclava de la tecnología. En ese momento escuché el sonido más sati
cían que había sido aceptada en la empresa más importante del país
ión pero gracias a mi especialización había logrado hacerme de un buen nombre entre los mejores asesores fi
nuestro imperio dije con mucha ilusión a lo que ellos solo con risas y una fuerte
eblo más tardar a las 6:30 am. Una llamada me despertó a eso de las 5 y me sorprendió que sería la secretaria del presidente de la compañía; me explicó que un