MA
mujeres me ponen bolígrafos y fotos en la cara, pidiéndome autógrafos. Sacan sus teléfo
de par en par, expectantes. Los guardias de seguridad de mi padre avanzan a to
se alza por encima de las d
oto mía en papel satinado. La saludo con la cabeza y garabateo mi
quina. Inhalo profundamente; los gases de escape de los coches y el ol
visto realmente, y espero que este viaje sea una excep
na joven da saltos-.
reconocido de Werdenfeld. Siempre intentamos separar
co. La razón por la que estamos en Nueva York es para fortal
l menos unos minutos con ellas, se verá mal. Probablemen
el brazo? , le pr
escribo mi nombre a toda prisa. La tinta me pica la nariz con su penetrante olor, pero mi sonrisa cortés no flaquea. Ser el r
su brazo cerca de su pecho como
os ya -insiste mi padre co
ero que nuestro equipo de seguridad ha creado para nosotros. Una punzada de ansiedad me r
plica otra chi
e desaparece rápidamente e in
mbargo, firmo otro aut
na imagen parece aliviarse temporalmente entre estos rostros entusiastas. Al meno
nos extendidas y de sus gritos y subir
mando ! -grita una de
, mi padre se gira hacia mí. ̶ No dejes que esas chicas t
padre; para que eso ocurra, necesitaría tener un caso lo bastante interesante y a mis tre
túan. ̶ Esto no es un juego. Estás representando
te por eso me detuve a firmar autógrafos. Es impor
o su teléfono, no a mí, probablemente repasando los puntos de discusió
se alzan a nuestro alrededor mientras el coche serpentea entre el tráfico. Llegamos a la reunión
ro. Muchos, muchísimos reporteros
Ponte de pie. No hables a men
as una mesa larga. Luces cegadoras deslumbran mientras los periodistas empiezan a gritar preguntas. Los ignoro,
sé en negarme. Algún día más de la mitad de la legislación del país será
e estar detrás de él como una marioneta. Tamb
responde a una pregunta tras otra con s
¡Fiscal Armando ! ¿Qué opinas de asum
hubiera leí
o puedo resistirme. Después de nuestra conversa
s tiempo navegando en el Medite
blemente no debería haber dicho eso, pero la tentación era demasiado grande. Si no voy a aporta
ia de prensa termina. Salimos del edificio, en
neta, con las ventanas tintadas ocultándonos, pap
e inapropiado. No te lo
a responder pero
arde. Espero que representes a
en par, sorprendidos. ̶ ¿
Y después de lo que acabo de decir, me sorprende qu
te. ̶ Una reportera de The Mor
rogramó esa entrevista? -In
nde secamente-. De verdad, Armando
Pero una entrevista hoy? Me devano los sesos, pero no recuerdo nada de esta reunión en mi
altísimos edificios. Pienso en mis amigos, que seguro que se lo pasan bomba saliendo de fiesta y t
amas de divulgación-, sería diferente. Disfrutaría de mi vida de fiscal . Pero tal como están las cosas ahora mismo, me siento completa
que es hora de volver a ponerme mi imagen de fisc
o en serio , dice, mientr
ándome. ̶ Por
las cosas serán diferentes. Algún día, seré magistrado