aba en mis oídos y en mi pecho, una vibración que me hacía sentir viva. Era mi noche, la noche de mis quince años, y yo era el centro de todo. Mi v
no adoptivo, Leo, no se separaban d
, dijo Mateo, acomodando
desde que tengo memoria,
jo con esa sonrisa que
me cuidaban, me consentían. Yo era su c
inó cuando l
r ser guapas y por supuestamente tener "un sistema" para crecer en línea. Entró como si
ron. La conocían de la escuela
sta aquí?",
sacó una caja de fuegos artificiales caseros. "¡Para darle ambiente!",
gritó Mateo, cor
fue t
entí un calor intenso en la cara y en la pierna. Un dolor agudo, quemante. Grité. El olor a pólvora y a pelo quemado ll
iendo. Lo último que vi antes de que el dolor me nublara la vista fue
. Afuera solo se oían murmullos. Me dolía todo. Tenía la cara vendad
, algo ext
tream en vivo, empezaron a aparecer comentarios
jaja, ¿vieron la ca
ila es la reina, le dio s
ecto. Los hermanos y el am
lor. Estaba alucinando. Pero los comentari
red. Camila les prometió enseñarles
sentido. Era una locura. Mis hermanos
a mostraba preocupación. Se sentó en el bo
entes? Nos diste u
bía consolado de todas mis tristezas inf
Rodri. Me d
están haciendo que esa idiota de Camila pague. L
e estaban defendiendo. Las visiones era
os aparecieron de nuevo, jus
, qué buen actor. Le es
más emocionado por el "sistem
ver a su verdadera reina. La
por primera vez, sentí que eran falsos. Había una impaciencia
ciendo eso?", pregun
Sofi. Por ti
, su teléfono sonó.
é!? ¿En el hospital? ¿Pero
e pánico genuino. Un pánico que no había vi
al?", pregunté, intentando sentarme.
us llaves, su cartera. "Dicen que se desmayó por
lotaron de nuevo,
de un rasguño que se hiz
se lo creyó. Corre, perrito,
heló en las vena
upliqué. "Te necesito. Me
mente me miró. Pero no había comp
n tu casa. Camila está sola en un hospita
té, las lágrimas mezclándo
Ya deja el drama"
aparecieron
? ¡Vámonos! Camila nos
estaba en su teléfono, probablement
é, extendiendo una mano.
cuarto, bajaron las escaleras a toda prisa. Es
o, sil
erta del jardín, trayendo consigo el eco de la fiesta terminada. Las luces de colores parpadeaban débilmente, como estrellas moribundas. El dolor de mis quemaduras era nada comparado con el dolor
incesa. Que disfrute