que no sabía que tenía. Me levanté, cojeando y temblando, y me vestí como pude con un pants viejo y una suda
ndido. Una manipulación experta de Camila. Mis herm
da de dolor en mi pierna y un golpe en mi corazón. La casa estaba en sil
an vu
con una mezcla de esperanza y mie
la
más un accesorio que una herida real. Mateo estaba sentado a su lado, dándole de comer una sopa que seguro había preparado la cocinera para mí. Leo e
bían instalado a mi agresora en mi santuario, en mi lugar seguro. La est
pio. Estaban demasiado a
sistema que nos vas a enseñar, vamos a darle la vuelta a esto. Serás
ó Leo, sin levantar la vista de la pantalla.
un sonido frág
dejarlo todo. Después de lo de S
illa. Rodrigo apretó su pie con m
cidente. Sofía siempre ha sido dr
ota que derr
voz salió como un grazni
asaron de la sorpresa al fastidio en un seg
r descansando", dijo Mateo, levantándo
ción! ¿Qué hace ella en mi cama?".
ngiendo miedo. Se afe
los insistieron. Me sentía tan mal, tan
emaste a propósito! ¡Y ustedes l
del chico que conocía. No la encont
stás haciendo una escena.
me quité un trozo de la venda de la mejilla. L
eca de asco y d
hogado y escondió la ca
ible! ¡Fue mi culpa, todo fue mi culpa!
dedos, que me estaba espiand
ue necesitaron mis
teo, su cara roja de ira. "La est
vantándose del sillón. Su voz era pl
repliqué, plantándome en el umbral, a
r un momento, pensé que ib
fuerza. Sus dedos se c
ediste que la cancelaran y lo hicimos. Ahora está sufriendo las co
nada... ¡U
dejó t
iene que girar en torno a ti. La pobre
o me miraba con desprecio. Leo, con indiferencia. Eran extraños. Monstr
", dij
a de mi propia habitación. Luché, pero estaba débil. El d
me lleva
sótano. Un lugar frío, húmedo, lleno de cajas viejas
uerta y me ar
a rodilla sana y la pierna quemada. El
arte", dijo Mateo desde la puerta. "Ya no eres
antes. Vi a Camila asomada desde arriba, en el descanso de
a puerta
de una llave giran
cuarto, de mi dignidad, de mi familia. El llanto me sacudió el cuer