ba sorprendido-.
o -mentí, dirigiéndom
bajando a un ronroneo bajo y sugerent
su contacto c
. Entiendo. He estado trabajando mucho. Tengamos una cita mañana por la
bien
enial. También tengo
dije, pensando en la caja de te
nchó. -¿Ah, sí? ¿Y
da. Lo había olvidado. Me mandó un mensaje desde una junta en Tokio. "Feliz cump
. -Solo p
. Giré la cabeza y sus labios
, luciendo un poco herid
su respiración constante a mi lado. Esto era una actuación ahora. E
o, abriéndome la puerta del coche, su
to, un miembro difícil de la junta, el fracaso de una empresa rival. Yo h
g, algo en el piso del lado del pasajero lla
llo de
té la vista. No lo
se discute con un fantasma. Y
cado en lo alto de un edificio con vistas a la ciudad, un l
a el lugar donde
r en una mesa cercana jadeó.
mable, el rey de la tec
ia rápida". Estaba a unos metros de distanc
ia mí, su rostro una máscara de arrepentimiento-. Surgió algo en la
-d
o. No te muevas, ¿de acuerdo? Pídenos una
spiró soñadoramente. -Es tan dedic
e ingeniería. Estaba hablando con Jimena. El "servidor
dije al valet que h
eía que yo no conocía, estaba en
es estaban
s en una cita con la
s apariencias. Llego en 10. Po
ate. Te tengo
a, vistiendo un teddy de encaje rojo. En el buró detrá
ta y visceral de vomitar. Los ostiones perfectamente c
, luciendo satisfecho. -¿Ves? Te di
los músculos de m
al ver mi rostro pálido
-logré decir-. Quizás
eciéndose-. Voy a hablar con el ger
o lo hagas -di
ndo en lo que dijiste. Sobre mi cumpleaños. Sé que o
an hueca, quedó suspendida
o -dijo, su voz ser
ojo. La caja de Berger. El se
vanté de un salto de mi silla y corrí hacia el b