omiso fue una unión de conveniencia entre familias, una mentira perfecta para las revistas. Per
irrumpió en nuestra casa con sus amigos y me
comisaría, solo echó un vistazo a mi cara magullada antes d
ijo, con voz irritada. Entonces hizo qu
o supiera nadar. Bryant se zambulló, nadó junto a mí para salvarla, y
o era que él fuera incapaz de amar, era que era incapaz de amarme a mí. Por la person
rtieron en cenizas. Tumbada en la cama del hospital, saqué mi
. "Estoy dispuesta a quemarl
ítu
ante heredera de la dinastía inmobiliaria Glover; él, el frío y brillante sucesor del imperio tecnológico Barnes. Sus fotos d
s cámaras, su vida se libraba como
a Kalia Barron, para un nuevo auto deportivo. Al día siguiente, Charlotte transfir
fue un joven ll
Central Park. Charlotte, por su parte, compró una casa his
ulo. Era un duelo extraño y tácito que se librab
sto antes de cerrarse el acuerdo, AURA, la empresa de moda y tecnología de Charlotte, compró a la princi
lando entre la sonrisa cortés de Charlotte y la expresión indiferente de Bryant. "Ella está
e la catástrofe, pero se eq
acciones, todas sus represalias aparentemente insignificantes, tenían un único y desesperado objetivo: h
e cinco años atrás, un fragmento de c
n su padre, Barnett. Su voz era
lo único importante. No finj
niños", había dicho su padre, con un int
abía respondido Bryant. "E
osa y persistente, al chico brillante e inalcanzable que vivía en la casa de al lado. Cuando él la rechazó, no
e implacable, podría ganarse su afecto. Era una enfermed
bre que la fundación de su familia había enviado a Stanford. El prodigio de la tecnología
contraste con la frialdad a la que ella e
Bienvenido, Jaden. Escuch
asa", dijo él, con tono serio. "Vi las noticias sobr
tó con fuerza
rectas. "Te amo desde hace años. Te mereces algo mejor qu
golpe físico. Amor... Era una palab
", balbuceó ella, con
uavemente. "No tienes
artía con Bryant. Las paredes estaban llenas de fotos de ellos sonriendo a las cámaras, una
excusa tras excusa para posponer la boda. Si no era que estaba muy ocupado con el lanzamient
mpre hab
razón destrozado por un amor que él nunca reconocía. También recordaba a
cogiéndose de hombros, con una crueldad tranquila
ión de tecnología, y la dinastía tecnológica de los Barnes necesitaba la legitimidad de una fortuna generaciona
sión que ella aceptó voluntariamente, con l
no fu
Kalia Barron, una bella y astuta modelo q
do miraba a esa mujer... era una calidez que nunca le mostraba a ella. Adem
discusiones furiosas y unilaterales en las que ella gri
guntaba cuando ella es
a gritado una vez, con el
go. Cumpliremos los términos del acuerdo. Pero no
a haber muerto. Sin embargo, ella siguió afer
nte miles de veces. Pero simplemente no podía, pues
empezaron a resquebrajarse. Por primera vez, un camino diferente parecía posible. La
te del panel numérico al desbloquearse. Charlotte frunció
lia Barron, seguida de dos de
rtamento como si fuera suyo. "Bonito lugar, au
oz temblorosa por la ira. "¿Qu
contestó la otra, examinándose las uñas
a puñalada en el corazón. ¡Él le
o Charlotte, c
o le importas, bruja patética". Luego hizo un gest
del brazo. Aunque ella forcejeó, él era demasia
ó en la silenci
nrisa maliciosa. "Bryant dijo que ha
s. Finalmente, Charlotte se desplomó en el
asos centímetros de la de ella. "¿
só deliberadamente la mano extendida. Tras un fu
egaba. Su equipo de seguridad, alertado por una alarma silenciosa, irrumpió.
desde el suelo. "Presenten cargos. Po
ios. "Señorita Glover, tal vez podamos arr
lor. Tenía la mano rota y la cara magullada. "Quie
mada, diciendo con voz llorosa: "¡Bryant, ella está int
tazo a las heridas de Charlotte, frunció el ceño durante una fracci
silenciosa súplica de justicia. "Irrumpieron en nues
a. El dinero y el poder se intercambiaban a través de las palabras. Con eso, los
?", preguntó Charlot
ant, con voz irritada. Luego se volvió haci
gritó Charlotte, con la voz quebra
con un tono de enf
ñero de Charlotte durante años surgió como un maremoto de agon
rarla, con los oj
eñosamente, como si hablara de
. Tras sus palabras, Bryant abrazó a Kalia, le acarició el cabello y le susurró pal
ó que los últimos rastros de su a
ino que la empapó en segundos, pero no lo sintió. El frío ya estab
da porque prefería a Kalia, se unieron en una sola y crud
ndo llegó a casa, sacó el celular. Aunque sus
có el número de
irme. "Estoy lista para quemar