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tó a Arabella de su letargo. Apenas abrió los ojos, un
ovechar que estaba ebrio
e con la mirada gélida y amenaz
es, apestando a alcohol. Ella intentó ayudarlo a llegar a la habitación, pero él la arro
explicarse mientras el peso ab
ne de deseo, y Arabella no recordab
speradamente para explicarse, pero Owen la empujó
nuda, se cubrió con las sábanas en busc
rdonara los crímenes de tu padre. Y ahora vuelves con tus juegos sucios. ¡Toda tu familia es una
lideció, pe
stiosa huida, un trágico accidente automovilístico la dejó en estado vegetativo, un
ia. Sin embargo, las pruebas eran contundentes: el teléfono desde el que se exigió el rescate fue rastreado hasta él y se co
das desesperadas. Para salvar a Kristian y asegurar los lazos con la influye
ó irremediablemente. Pasaron aquella noche juntos y, a la mañana siguiente, bajo la severa mira
e Owen aquel día: una expresión marcada por la r
la misma tormenta de emoc
e los planes de Khloe como Owen, pero él se había ne
Convencido de que ella había conspirado en su contra de nuevo, Owen interpre
on en una mueca de desdén. "Puede que seas muda, pero tus acciones gritan más que cualquier palabra.
de nacimiento; había perdido la voz en un trágico accidente años atrás. Sin embargo, para
emente enfermo y suplicaba que le concedieran la libertad condicional para que pudiera recibir trat
dante mientras le sujetaba la barbilla con crueldad. Sus dedos, largos y usualmente elegan
en una noche interminable! Quiero que se pudra en una celda por el resto de su mise
sentir que su mandíbula amenazaba con romperse. Con desesperación, sus manos se
alma gentil que trabajó incansablemente en múltiples empleos para mantenerlas a flote, sin ceder jamás a la salid
n secreto, persiguiendo cada pista par
emorragias nasales y toses violentas que dejaban manchas de sangre en su pañuelo. La imagen de su sufrimiento encendió su determinación: no podía permitir que l
la en la inocencia de su padre
uebas frente a ti, decides ignorarlas?". L
o, pero Owen, con la paciencia agotada, la empujó bruscamente a un
cas, se dio la vuel
or la urgencia, se af
n frialdad mientras la miraba d
día de la transfusión de Aria y que, a cambio de s
ecaria y dependía de fr
rtía su mismo y raro tipo de sangre, lo q
dolor agudo la hizo palidecer, y el horror se dibujó
erle la libertad condicional a tu padre?". La voz de Owen se elevó, una mezcla
la, silencioso y desesperado. Ella tembló, con los ojos muy abiertos, cuando
e, con el corazón martil
ta de veneno. "Tú y tu padre son los culpables de la condición de Aria. Si ella
e terror en Arabella. Sus acusaciones fueron como da
niendo hasta la última pizca de valor, se envolvió en la sábana más cercana y escapó de la atmósfera
ola como una sombra indeseada. Había sido un grave erro
tal de seguir siendo la esposa de Owen y per
na silla, el sótano se sentía más
tancia del espacio lúgubre que era el suyo, un lugar en
año del primer piso para una ducha refrescante. Fue allí, entre el vapor y el murmullo
provechar que el señor Murray esta
solo quiere a la señorita Jenkins. Esa muda no tiene
despierte será el día en que ech
empo con Owen no era realmente suyo; era prestado, deslizándose entre sus dedos como arena. La idea de que
se aferraba a cada segundo con Owen, atesora
realzaba su figura alta y esbelta, e irradiaba una silenciosa autoridad. El conjunto se completaba co
ia; cada línea de sus facciones cinc
él, su mirada deteniéndose un momento más de lo d
una mezcla del calor de la ducha y
fono blanco sin decir palabra, con el rostro inescrutable. Con una mira
s de aceptar el teléfono. El gesto, tan considerado en comparac
la vista a la pantalla. El mensaje la dejó helada. Su rostr