con Javier Garza, él declaró públicam
la memoria después de un accidente de coche, y sus recuerdos se habían
do de novia puesto para interpr
a de los Garza, viéndolo consentirla y reconstruir su pasado, todo mient
nía la cura para la amnesia de ella g
el amor de su vida. Estaba seguro de que yo era de su propiedad, de que simplemente e
millarme. Perfecto. Yo usaría el no
a, Don Damián Garza. "Tu hermano dijo que soy tu aco
ítu
ela
e su hermano, una mentira conveniente susurrada lo suficientemente alto para que toda la Familia la
dos murmuraban al otro lado, sus susurros un zumbido sordo a través de
ica. Ahora, un pavor helado
te de coche. Sofía Montero, la ex de Javier, la qu
iniciado a cinco años atrás, una época en la qu
ado sin pensar un segun
postura forzada. Se paró frente a mí. No me miraba a los oj
ancela", dijo
oscuros como una noche de invierno, estaban fijos en mí. Él era el verdadero poder aquí, su presencia u
que se cancela?", preg
ier sobresalto podría ser fatal", explicó Javier, su mirada to
una fantasía de hace cinco años con
apenas un susurro. "¿
n sus ojos. Solo furia contenida. "Isabela,
ilia", le respondí, una chisp
dos que esperaban afuera, luego a su hermano.
que cualquiera cerca de la puerta pudiera oír, "Isabela
con la que se iba a casar. Una invitada. La acompañante de su hermano. Me
r el papel de un novio amoroso para otra mujer. Me quedé sola co
e hace
viendo a Javier consentir a Sofía, llevándola a todos nuestros lu
que era temporal. "Solo hasta que esté mejor,
Todo era
n el noticiero de la noche sobre una familia de curanderos de la sierra de Oaxaca, famosa por s
mis costillas. Una solución.
a buscar a Javier. La puerta de su estudio estaba ligeramente entre
, su hombre de mayor confianza. "El Don está p
a respiración
axaqueños tienen el remedio. Podría arregl
voz de Javier, baja y cargada de un
tengo. Está guardad
atónito. "Entonces, ¿po
fesó Javier, su voz espesa con una especie de alegría retorcida. "Esta
"¿Y qué hay de Isabela? ¿Crees que va
iene a dónde más ir. Le daré la cura a Sofía eventualmente. Después de que hayamos ten
atrapado. Se estaba dando un gusto. Estaba saboreando un sueño a expensas de mi
or extendiéndose por mis venas. Apoyé la mano en la pared para no derrumbarme, mis dedos clav
repetía en mi mente. No era un acto de necesidad. Era real para él. Toda nuestra relación,
y vi que mis uñas habían roto la piel, pequeñas
en mi bolsillo. Un
siente mal. Estaré con ella. Recuerda, er
tu p
. El frío no solo me entumeció. Me endureció. El dolor comen
Actuaría
ería usar el nombre de su hermano como escudo p
ontactos. Pasé el nombre de Javier hasta
de llamar. Tomé una respiración p
azo, su voz un zumbido ba
dije, mi voz sorpr
icina.
d brillando detrás de él como un mar de estrellas caídas. Él era todo lo que su hermano no era: paciente, silencioso,
empo. "Tengo u
ndome un gesto pa
ante", comencé, las palabras sabiendo a ceniza
de desaparecer. Juntó las yemas de sus dedos, su mirada intensa. "Quie
lidar las alianzas de tu familia. Un matrimonio entre nosotros
onido en la habitación era el tictac de un reloj de pie
nte, su voz una amenaza sedosa
ue durante los últimos dos años, has guardado una fo
vez, mientras buscaba una pluma. Una foto espontánea mía riendo en el jardín, una foto que Jav
sonrisa depredadora tocó sus
sentencia de muerte. "Nos casaremos. Pero entiende esto, Isabela. N
o una jaula por otra, quizás una más dorada, más
endo"
ente figura proyectando una somb
ué
posesivo, "quiero que Javier sea quien te lleve al coch