ospital, Emilia caminó con pas
igió directamente al hospital al enterarse de que a su me
el hermano menor de Rodger, Sebastián M
rlarse de ella, aprovechando cada
, soltó el aludido, con la mirada cargada d
n de Emilia
to mío", respondió, con una voz más
ar más problemas, ¿no?", contestó Sebasti
de mi camino", advirtió la joven, endure
sin intención de ceder un áp
ó del brazo y lo derribó al su
por el quejido de dolor del muchacho. Apenas
encima de él, ignorándolo mie
ebastián, torcida por la rabia: "¡
te, en el
s de par en par por la sorpresa. "¿Desde cuándo la señora Mitchell se volvió ta
ón indescifrable. Su fría mirada seguía cada uno de sus movimientos
No me digas que te interesa", bro
ntuvo la mirada fría. Sus delgados dedos tam
ado la vida, dejándolo destrozado tras el accidente. Aunque el
se enfrentaba a una vida a
de asesinos, una chispa fría y despiadada se encendía tras su mirada entrecerrada. No tenía ninguna du
sobre Asclepio?",
cuanto las palabras salieron de los labios de
ió por completo hace cuatro años. Sin rastro, sin pistas. Si
inmóviles de Elías, con el ceñ
a ese médico arrogante, el que se at
Elías, y su voz apenas fue u
na aceptación amarga. La vida en sill
de agarrar el mango de la silla d
spondió, tratando de
n cambió: primero sorpresa, luego incredulidad
Elías, con una chispa juguetona en los ojos. "Bueno, te
abios apretados en una línea dura. P
ada de falsa derrota. "Al menos
e las dos", contestó Elí
otro hombre se ensanchó, con un d
inó y susurró: "Asclepi
sacudida de incredulidad golpeó a Elías. Apretó las ma
za había muerto, y nadie habría
GOOGLE PLAY