Audra
y brutal, dejándome sin aliento en las secuelas. Sucedió en nuestro decimoquinto aniversario, un día en que se suponía que celebr
corriente profunda e inquebrantable que nos había llevado a través de la adolescencia, la universidad y la edad adulta. Quince años. Toda una vida, se sentí
ógico, comenzó a trabajar más horas. Llegaba a casa tarde, con un ligero olor a algo desconocido, ni de su ofici
ferencia-. ¿Con Jacob? Nunca. Y si alguna vez lo hiciera, si a
lo más devastador fue que había subestimado profundamente la aterradora profundidad de mi propio amor por él. Un amor tan absoluto que se convertir
ico. Fue en una pequeña reunión con amigos en común
bras quedaron suspendidas en el aire, un silencio repentino y ensordecedor cayendo sobre la mesa. Todos me miraron, y luego rápidamente
nunca había conocido. Había planeado una cena sorpresa, un anuncio susurrado, un futuro desplegándose ante nosotros. En cambio, me enteré de su tra
onsolada. Grité, lloré, exigí saber cada sórdido detalle. Él me miró, sus ojos fríos, y luego se paró fre
ad practicada, ofreció
.. solo necesitaba ayuda. -Sus ojos, grandes e inocentes, se
beró. Mi mano salió disparada, conectando con su mejilla con un c
n mi brazo, apartándome de Kierra. La acunó al i
te tocarla?! ¡Es frágil! Siempre eres tan agr
gresiva, mi sufrimiento? Para él, mi fuerza era un defecto, y la debilidad de ella un
rrastrándose, como siempre lo hacía. Sabían cuánto dependía de mí, cómo yo era su ancla. Pero no lo
scubrir que estaba embarazada. Estaba tan convencida de que nuestro bebé, nuestro futuro real y tangible, sería lo
s a tirar eso a la basura por ella? -Las palabras quedaron suspendidas en el aire, una súplica desesperada y una apuesta m

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