- Perfec
e le gustan a mi tutor. Esa tarde no sentí necesidad de pasar mi tiempo descargando la ira residual en ejercicios que me dejaran s
to que la miseria fluya de mi mente a mi
Al ver ese hueco vacío, las pequeñas raíces sobresaliendo por los costados de la tierra, y los
no para poder hablarnos en algún momento. Desde que esas mierdas con las que vivía dijeron eso, intenté hablar con Keelan porque quería ver de quién se trataba, cómo es que llegó a ser un hijo de monstruo, cuál era su historia. Él me lo dec
descubriría que me va mejor sol
é del idiota hasta que me mostró un video en su celular de una tortura especial que su padre decidió él podía presenciar. Yo no era idiota, al menos sabía cómo se m
a la mafia. Esa podría ser la libertad que estaba buscando porque deducía que sería el único lugar donde podría
a era un niño y aunque pudiera probar que eso no importaba y tuviera habilidad, su padre apenas si lo llevaba a presenciar esa
realmente de qué era capaz su padre y afirmar más su decisión de que un día escaparía de eso porque una parte suya no podía vivir con
latas viejas o piedras contra un árbol. Apoyó su hombro contra el mío, se sentía pesado, y me dio un pequeño cosquilleo en el estómago porque nunca nos tocábamos de esa manera. Es decir, estábamos tan cerca que yo podía contar las pe
ien tan cerca y estaba a punto de empujarlo lejos, pero mis ojos bajaron hacia su boca
o quieto en el lugar porque no entendía bien a qué venía eso. Nunca quise besar a nad
gnifica
ico y no había nada que decir cuando él me abrazó más cerca. Por un segundo fui consciente de
sando un pulgar por sus
a atraerlo para continu
onsiderado porque mi cabeza estaba ocupada en algo diferente que no era querer besar gente, enr
nos descubría. Eso que hacíamos era diferente, era algo que nunca había sentido en mi vida y m