deslomarme pasando el trapo por toda la casa, por eso, y para sentirme menos esclavo, puse a todo volumen la cumbia que
e que se meta en la cocina-. Hijo
n el fondo, después busco la mitad de una malla de alambre c
ua con citronela y lo paso por debajo de la mesa, contra el borde de los muebles, y
Son las seis menos cuarto; en quince minutos tengo que po
l agua no salga sucia. Eso me costó como cinco pasadas de trapo porque parecía tinta cuan
n la puerta. Hay que estar limpiando una casa entera cuando a la sombra ha
hacés? -me s
asa parece que voy a meter algo al horno. Estamos
mpi
a que meriende helado. -Ángel se abanica con
le y los chicos a jugar a la pelota h
que arman ustedes van desde las seis de la tarde hasta las ocho de l
r. Siempre andaba conmigo por la cancha de piedra; hasta pa
ngo que adelantar l
. podr
e de brazos-. Andá,
rgumentando que alguien podría vernos, que hace calor y estoy tan pegotead
ltimo abrazo-. No pongás esa cara. Nos vemos siempre
o, te dejo terminar, par
e un beso sin cuatro paredes que n
davía, exprimo el trapo y lo voy pasando por todos los lugares
cia en el baño. Guardando las cosas de limpieza, pienso que sí tendría que haber tomado un helado con Ángel. No salimos hace
endo muy
vio; aunque, Ángel sabe que me gusta mucho
mi pieza a ponerme la remera de m
a Pili e
z, cierro la puerta de m
de la malla de alambre y lo llevo e
os horas para mí, te vua manguereá. -Enchufo la manguera en el caño y a
raslado de un lado a otro o lo mojo con la manguera. Si hubiera sido de esos perros mañeros
rlo, pero como el calor todavía se siente lo dejo que se vaya por ahí. Atajo el agu
one la pelota para los partidos y la vez pasada nos contó
ue están reunidos José, Mari
os! ¡L
en la escuela, primas, primos, familia, la atropellada que le dieron al perro de la peluquera y cómo resucitó de entr
adora con gaseosas frías que todos queremos sacarle, pero él jode con que nos va a da
a hacer bollos, también le dijo que traiga algunos para comer con fiambre que compraremos de
grita sus goles como si viera a algún futbolista famoso. No solo es un fanático, también juega y es un verdadero
o a la mano de José que estaba a dos centímetros
N
el sabía
, vo' lo has
siempre usamos para jugar sigue estando rala por tantos pies que aran el suelo, y las piedras tampoco se fueron. Los arcos, por culpa de la l
tó para ser del otro equipo. Pateo unas piedrotas tuerce tobillos y miro
la cancha chica de los costados de la vía por esta, y a pesar de que esté un poco llena de ba
rnos por no mover bien los pies. El caballo estaba interesante hasta que veo a Ezequiel con un táper en el brazo
re todavía infantil en ese rostro redondo con cachetes ideales para apretar; corre hacia dónde
a. Esa vez también me enteré de que Ezequiel tenía novio y p
ponerse tan tonto como para tropezar al verlo. Sus ojos se ensanchan, la sonrisa en sus caras parece doler
están molestándolo por verse tan enamorado, pero mi amigo solo
vemos Áng
Ángel nos queremos, pero el públi
del arco. José y yo corremos hasta ahí, salu
uela como si fuera de papel, los pases son como olas de mar hacia cada jugador y si eso fluye,
pases son buenos, corren como liebres y se entregan
que se enredó con una piedra, pero vamos bien. El equipo de Ale es un desastre y parec
ndonos con el hielo derretido de la conserv
nge
a, pero por supuesto que mi novio r
o, León, y yo me bañ
iero,
os-. Mientras me bañaba me acordé de las veces que te veía jugar cuando re
mi novio y lo llevo conmigo-. ¡
a cuánto Ale intente mejorar su
piedras. En medio de las sacudidas y empujones entre compañeros, miro hacia el lado donde dejé a Ángel. Ezequiel cami
risa es bajada por hilos invisibles. En medio de esa sensación de pérdida por drenado,
nuestro juego, pero yo sigo mirando a Ángel sonreír
novio andan abrazados, riendo y siendo mo
iedra donde está
a los que festejan todav
eón, me te
casi son
a. Me despido de ellos que insisten en que nos quedemos a comer los bollos de
nta Ángel-. No quiero escuchar
mbros, pero
también pueden apo
s cerca de nu
os cerca del otro; no ti
ías para hac
sa y hasta la noche te quedás viendo tele. -Ángel se para frente a mí con los brazos cruzados-. Tu mam
quién estabas
és saber? No c
ue no te gusta el futbol, pero por lo me
riz para subir sus anteojos-. Te había dicho hace unos días que necesito ayuda con l
A
¿no? -Ángel me mira con una expresión que no puedo des
ugar ya que estabas ahí. Como sea, vamos, tenemos que
lados. En un segundo, soy arrastrado a un
io te vas a en
ose por ahí por una perra alzada, pero, de repente, el murmullo de las personas afuera de sus casas me obliga a pensar. Eso último podría activar la neurona loca en la cabeza
o esté a solas, no le permita pensar en otra cosa. No todos los días mi novio me arrastra hasta un rincón apartad
de los besos y pone di
l lo hice que
cosquillas
si a veces él no me mira, Ángel todavía está conmigo,
está
casa. Mi mamá tiene que trabajar, y mi papá se va a un a
s manos, fue hace dos meses. Vuelve a mí el recuerdo de aquello
sé
go? -me pregunta, pero su
lo pue
y volvemos a camina
poco a mí mismo pueda
que el se... las relaciones deberían s
hacer un
-anuncia Ángel-. ¿Po
tu casa, almorz
íe por
endo si todavía
udas, pero q
entro siento que mi garganta ya
l sonríe, abriendo la re
iende en mi cabeza: la desgracia de ser novio del que antes era tu
su casa cuando está solo, dar señales de que quiere algo m
ta tanto decir sí a su
concentrándome en cam
ega desde la puerta-. ¡¿Qué te dije q
¡Sí lo h
illa-. ¡Te dije que lo bañé, no que lo manguerié! ¡hiciste todo rápido p
varilla de no ser porque c
s de mi espalda me da escalofríos-. ¡Metete en la casa! ¡Dale! Ahora, por hacer todo apurao, no
ero sí
uelvo a escapar de la varilla-. ¡Eso te
squivar el varillazo que pretendía d
¡por una puta vez que no
os de supervivencia se activan al instante, dejándome com
ejo dormir hasta la hora que querés los fines de semana a pesar de que todavía hay cosas que hacer en la casa. -La mami inspira profundo, apretando contra el p
la bronca. Por entrar tan ciego de enojo, empujo a Jeremías que cae al suelo y
¡Seguí así! ¡Seguí enojándote por todo!
plastado. La mami aprovecha mi encogimiento de dolor para agarrarme por el
ro tampoco es un castigo medieval. Me suelta de
e pasa, pero más val
asi voy gateando hasta
trada a mi cama. Francisco me mira con una sonrisa. Él está vi
ríe, dejando su celular aparte-. Decí que no e
hermano de mierda y siento que