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Historia

Capítulo 4 Cap. 3

Palabras:2535    |    Actualizado en: 16/07/2021

Entonces Anaelise recordó sus terapias, las palabras de Oliver y

rentar un miedo es mirá

o sus labios y se puso los más erguida posible. Así que centró

naelise Becher,

? -le interrumpió Howard Mill

egunta, sobre todo y principalmente, aunque sonara

a no le miraba, y parecía muy incómodo-. Yo no solo quiero ser un médico general. Mi meta es especializarme en la Psiquiat

inmediatamente intercambió una mirad

ecidir en que se especializ

respondió Ana

para posarla en aquellos ojos que

uerpo estaba empecinado en seguir con aquellas corrientes que "esa" persona le estaba transmitiendo. Y en medio de tod

sabía que el viejo se había enamorado de aquella frase que dijo Anaelise, aquel nombr

s. No le gustaba mirar a las chicas de su clase, sabía a qué conllevaba todo esto, en muchas ocasiones, sus alumnas pretendían qu

ulces y sensuales, algunas insistentes por reclamar su atención, y algunos jóvenes que d

avier arrugó su ceño y levan

l White? -preguntó X

ia atrás, por lo tanto, Xavier también lo hizo. Ent

no estaba atenta a las presentaciones, y cuando él decidía mirarla, ella no devolvía el gesto. Y

usto, y quizás nunca volviera a su clase. Todos debían saber que la puntualidad para él era

u padre -int

el padre de ese chico era uno de los

ahora de la carrera? -volvió a preguntar Howard

is, pero estas situaciones lo hacían dudar un poco. Estaba aburrido, fuera de su comodid

ó intentando c

ew con una sonrisa-.

actada ante las palabras del chico

ón más incómoda para Ana. La rojez de su rostro solo estimuló aquella rabia en Xavier quien

n casos a las hormonas! Creo que yo terminé por aquí -dijo Cox, y lueg

el corazón de Anaelise latía muy rápido. Estaba enojada, ir

re era un

y luego procedió a tomar su marcador, para a

al mismo tiempo que Andrew se giró un poco cul

ina y luego lo ignoró dura

n la secretaria para el cobro de su matrícula directo de la cuenta de su padre. Se apresur

retaria le dio unas hojas para rellenar y le dijo que se podía sentar

antar su cabeza. Una puerta semi abierta que estaba a su derecha se entreabrió para hacerle ver que era una especie de sa

na aduladora que no paraba de hablarle con los labios pintados de rojo extravagante, le parloteaba de

a desquiciada y en algunos casos, lograba tocar el cabello de Cox. Ana sintió una sensación extraña nuevamente al

nto por detallar cada movimiento, cuando de repente, Xavier se irguió frunciendo el ceño y sin dudar, puso los

sus libretas cayeron al suelo, mientras sus manos temblaron desesperadas. Quitó su mirada

observó lo que había ocurrido, y luego volvió su aten

al hombre que estaba compartiendo su rato libre con ella. Estaba de más pensarlo, Olivia conocía la volati

recostar su cabeza para fijar su mirada en el

cita de todos los viernes. Se anunció en la entrada, sus terapias eran en el hospital cen

os le pidió un minuto a lo que anunciaba su entr

lla alfombra y aquella h

sillón para que procediera a sentarse. Lo miró por un

al menos esa tristeza que la destacaba no estaba en su rost

ndo levantó su mirada hacia ella. Pero

-preguntó con

había perdido ese punto de arrebato!, después de relajarse ell

na? ¿Qué te ha pa

unos muy buenos en sus materias, aunque solo estam

nos te harán la vida de cuadros -después de que Oliver dijo

ca hacia él y luego volv

-preguntó Ana sin titube

e Anaelise e hizo que escribía en su libreta. Pero este nombre solo

tema, ni tampoco la reacción que tendría

des mentales. Aunque es joven, porque creo que Cox debe tener unos 31 a 32 años, pero es una emi

esor también, y... que me cerró la

y luego un poco incrédulo, s

hizo algo

e encogió

de a su cla

so, Ana... es obstinado, pero debes saber que debes se

erviosa, pensando en sí debería esta

mentos? -preguntó-. Tú eres muy puntual en tus c

intió Anaelise apresurada. No volvería a dar pie pa

e Ana se pusiera insegura ante su actitud. Algo estaba mal en s

de un tema importante. De hecho, nu

ta? -preguntó e

mí. De esta

tenido en su mesa la carta de jubilación donde le extendieron un pago más que favorable. Incluso, esa hoja la había leído su

eguir ejerciendo. Sin embargo, era una decisión que había tomado con su esposa, y

on aquellas palabras, le aplastaron el corazón, entonces él soltó to

y caminó hacia varios l

da inquisitiva de Ana lo hizo detenerse-. ¿Por

hecho much

En los 14 años que tengo ateniéndote sabes que no has sido completamente sincera, sabes qu

ente!, no hay má

e ella saliera corriendo como muchas veces lo hizo

a cuántos desde la última vez que hablaron de esa persona innombrable. Solo tenerla en el pensamient

lo que los ojos se le

a sombra, Oliver... es

boca en señal de cansancio

o la suficiente confianza para q

manos sintié

. hay cosas que n

sus mismas líneas llamando la atención de Ana-

lo tiene... -las lágrimas cayeron por el rostro de Anaeli

as gafas y suspiró para lo

añándote en esto, Anaelise.

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