rofunda miseria, mientras que otra era bastante rica. Doña Juana, quien había quedado viuda hacía un corto tiempo, tenía
randes y azules, era hermosa en apariencia, y vivía en una lujosa mansión. José, el limpia patios era humilde, tenía su esposa y cuatro hijos. Su esposa Jos
en lontananza. Vestía ropas remendadas, sus calzados eran unas chancletas de gom
todos los días a la escuela se dedicaba a limpiar zapatos y de esa manera ayudar
la doméstica le llamó por el portón del patio, iOiga amigo! Entre, que la Doña quiere que le limpie el patio
o de tierra, vivía José con su muje y sus hijos. Josefa su mujer estaba e
or del fuego no sólo quemaban el cuerpo de José, sino también aquel cuerpecito delgad
: Vuelva el lunes, hoy no tengo dinero en la casa y el banco está cerrado, José contestó, señora, mi mujer y mis hijos están esperándome para poder comer, yo no puedo esperar hasta el lunes, ni siquiera esperar a mañana. La sorpresa fue grande, José no sabía qué hacer en ese momento, su cabeza
contestó su padre. Vamos, Dios proveerá. Padre e hijo emprendieron el camino al hogar, el silencio hacía más
decía: taita, ¿me trajiste pan? José sin poder aguantar el llanto contestó, no hijito mío no me pagaron el dinero del trabajo. Hay muchos ricos que no ti
n donde se podía sentar. Luego, Josefa tomó unas bandas de saco y l
rrones, caminaba descalza. Daniel se sentó a los pies de su padre, y le dijo, papaíto, no te preocupes, que voy a seguir estudiando para ser un bue
diálogo entre padre e hijo, Daniel se acostó al lado de sus hermanitos que dormían. "Toc, toc, toc
ris, y su cabeza estaba cubierta con un sombrero de cana, era alto y delgado, en su cara se reflejaba la alegría y el amor hacia los demás. Señor, ¿podría dejarme pasar la noche en su humilde casa? Voy a un largo viaje, y estoy cansado y hambriento, le dijo el anciano, José le contestó, posada
sé y el anciano conversaban, él le contaba lo que le había sucedido ese día en la casa de una señ
n gracias a Dios por las bendiciones, y a la vez pidieron a Dios
se marchó muy temprano, al paso de los
es la promesa que le hab