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Historia
El hermoso monstruo de la bruja

El hermoso monstruo de la bruja

Autor: Iszeth A.
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Capítulo 1 Encuentros que marcan el destino.

Palabras:2704    |    Actualizado en: 10/09/2021

randes, depredadores solitarios mueren a manos de las manadas. Se piensa que el humano es el líder de toda la

paces de eliminar a los humanos y sus a

el colapso de su especie a lo largo del tiempo, viviendo entre los humanos, camuflados como

dedor de la humanidad y que carecen de explicación lógica, esas

de ser los depredadores por excelencia, envueltos en el misticismo de su leyenda, los vampiros antiguos que quedaron de la

epredador tiene a s

as. Los viejos dioses, la dualidad del nuevo dios, a ellos no les importó. Continuaron con su tarea hasta que olvidaro

n las ciudades y países como asociaciones esotéricas, escondiéndose entr

s ciudadanos, el carnaval anual y la vida en medio de la muerte; con los ritos vodoo ocultando el verdadero rostro de los habitantes espe

llenas de flores de papel y música del carnaval. El olor a incienso, alcoh

as y cruzó por su visión. El cielo despejado y la brisa naciente del río le trajo el olor a na

rdaba las lecciones de su abuela, una vieja bruja sabia, sobre esas criaturas sin moral ni propó

ban en su cabeza como una alarma matutina. Sacó del bolsillo de su

e aquella sombra, como si estuvie

. síg

perder. Su curiosidad había ganado, o tal vez, su anhelo de morir al fin había salido a

endido. El humo bailaba hacia el cielo en un fino hilo, delgado, tan delgado

s abajo, hasta llegar a un parque que daba al río. La oscuridad y la soledad era l

por el sol de Nueva Orleans parecía más pálida en aq

ba s

ba seguro. Dio una última calada a su cigarrillo y

una fría mano posa

mucho mayor, tanto que su piel morena se

o sentir un escalofrío que cruzó por toda su columna vertebral; esa voz de acento extran

lquier vampiro. Un

++++

alquier cosa: juez o verdugo, amante o torturador, pero nunca un amigo, p

que no permitiría por nada del mundo su cambio, ya que

. Y ello los hacía presas desde su nacimiento, por eso, Eleonore estaba muy consciente de que ella, por mucho q

ue la atrajeran con miel o con hiel, desde el momento en que ellos ostentaban un mayor poder que ella, sabía que no podía hacer nada. Lo había experimentado tantas y tantas veces, por e

xtrañar, entonces, que ahora con la edad de nueve años y apoyada por el conocimiento de los libros de la biblioteca e

u alma, y de cabello cobre como l

; ya sea un pirata, un paria buscando venganza, un soldado cayendo en la batalla, una donc

os que estaban muertos hace años, y que habían escrito tod

como quisiera luego de la escuela, haciendo el tiempo suficiente como para no volver a casa inmediatamente, excusándo

strellas y la luna lejanas, también llegaba con ella una serpi

seaba aceptar, Eleonore odiaba a su ab

en primer lugar, ¿por qué tenía que haber sido asesinado? ¿Por qué tenía que haber sido tan tonto como para confiar en alguien que se llamaba a sí mismo su amigo, y quien lo apuñaló literalmente por la espalda? Quizá, pensab

, porque ella había traído

oculto tras una sonrisa, porque, ¿qué cosa no puede quitarte un adul

n en ella se desencadenaba con un libro nuevo, con un conocimiento nuevo, con una nueva manera de

ebilidad. Si no podía dañarlos como ella había sido dañada, al

más, un poco más antes de sucumbir a la locura que, ella estaba segura, llegaría tarde o

quer, su escritor favorito actual. La rima número setenta y tres, ominosa y oscura, representaba sus deseos, su anhelo de

a a una, tantas y tantas veces que el cuaderno que había tomado sólo para escribir extractos de sus libros favoritos estab

ogenitora; aún podía escuchar el pedido que le hizo la tarde que se percató de la verdad. Esas palabras grabada

iar a tus he

s del depredador q

quisiera a casa, como un acuerdo tácito en su complicidad p

ía hecho nada para parar las visitas noct

plando el río como si aquel fuese la respuesta a todas sus dolencias, permanecía callada y en soledad hasta que

sabía su condición de presa, pero ello le podía importar poco. Si iba a morir, allí y en cualquier momento,

erían catalogados como aberraciones y tétricos, sin embargo, para ella eran sólo un medio de entretenimiento. Un mundo nuevo que ella po

ibujaba y pintaba sus sueños y anhelos, incluso los más abominables e inefables. Éstos últimos, los dejaba ser ahogados por el río, hechos ti

aba uno de sus múltiples sueños sobre cementerios,

ro, con un trozo de uno de sus dibujos que habían sido arrojados al río, en el

re, aquello

un animal inteligente como aquel. Parecía el rey de los cuervos, con las alas extendié

a ella le pareció mucho más. Eran acuosos y

es, él

traños que a ella le parecían fascinantes al inicio, y q

++

el rey de los cuervos, cuando otros animales

n lobo pequeño de pelaje negro. Una semana después, fue un búho, lueg

tario el único color aceptable para otros seres que no fuesen patos o

daba el conejo. Su pelaje negro y sus ojos rojos eran extraños, pero eso lo hacía único

llazos, aún quería creer en la magia. Obviamente, en cierto

yoría de los libros que ella tenía sobre el tema provenían de la biblioteca de la ciud

us", algunos libros de simbología, y con ello, ella

esesperadas para solucionar sus problemas. Y bueno, una niña no tiene muchos métodos para s

ecraft y por algunas otras lecturas un poco fuera

s existentes. Inefables, corpóreos, bellos u horribl

ier ser, vivo, muerto o de cualquier

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