R
ida, dejándome desolado, afligido, en esa oscuridad que t
e, algo me decía que ella era lo que tanto había esperado, lo que a
ltear a verme, esperaba verla girar para ver en sus ojos si reflejaban algún sentimiento hacía mí, pero no me mir
ía experimentado en la vida, ni la partida de m
etamente sincero con ella, le había ocultado t
egaba a casa, todo me recordaba a ella, cualquier espacio de mi hogar, donde la llegue a ver. En la cocina, en la sala sentada, sonriendo, en el comedor mientras comía, en la habitación que llegó
e con dolor. Tal vez estaba mezclando sentimientos, y a lo mejor mi tristeza o mi desolación me hacía
Pero recientemente había decidido enterrar ese sentimiento, eso sería lo mejor. Ya que ella nunca más iba a volver a mi vida, no te
rse. Una vez dejé de hacerlo por alguien, pero eso me llevó muchos años y también una dura t
el tiempo que estuvo conmigo. Sabía que aún la amaba, pero ese sentimiento lo hab
tumba, pero intentando demostrar que ya lo había hecho. Tenía que hacerlo si quería llevar una vida normal. Aunque sabia q
viera planeado. Nunca me daba ánimos de salir, ni tampoco es que quisiera hacerlo. La diversión estaba sobrevalorada, tanto, que pensé que ya no tenía sentido para mí. Hasta deje de pres
ue resplandecía hasta el lugar más oscuro. Me la llevaba pensando en cómo le iba en la vida
ía dejado aún más marcado. Mi mal humor había empeorado y en ocasiones me refugiaba en el alcohol para tratar de olvidarla, no me había hecho u
me recordaba a ella, todo lo hacía. Pero aún así no me llego a importar. Seguido venia a este mismo sitió, a contemp
io. La verdad también necesitaba despejarme por completo, de todo y de todos. Así que no me encontraba viv
s. Pero por desgracia eso no fue posible. Por una parte eso fue lo mejor, porque
a más daño con todos esos recuerdos. No quería dejarlos ir
a decidido vivir con su madre, después de tantos años de estar conmigo, también eligió irse. Las
momento lo hacía con ayuda de un bastón, así sería durante un tiempo, mientras sus piernas se acostumbraran nu
e que Luciana se alejará. No lo pensé dos veces más y le envié de nuevo la demanda de divorcio, el ultimátum. Esta v
por ningún lado la encontré. . Cuando regresó después de más de diez años, lo volví a solicitar, y ella se negó, amenazándome también con
ez ya no la pude localizar, se había desaparecido nuevamente. La de
imposible. Nuestro divorcio estaba en trámite desde hace años y no dudé en hacérselo saber en cuanto la volví a ver. Cuand
Estaba esperando a quedar completamente libre, para poder hacerlo. Sin pe
y aceptar lo que había pedido, alejarme de ella, dejarla hacer su vida sin mí. De igual manera sabía que ella se merecía algo mejor,, alguien mejor, aún que eso me doliera con solo pensarlo. No era el