a Mónica, que están a no más de tres metros escuchan
e acaba de ver que has sa
? -pregun
un enfado que en realidad estás muy lejos de sentir. Sin embargo, ellas se dan cu
, Jacqueline -
cremallera del vestido continúa hablando-. Sól
ista de baile y vais subiendo las escale
untas extrañada-. ¿Con
a Mónica nerviosa. Evidenteme
solas. Era el almacén en lugar del baño de mujeres como creíamos, pero a solas al fin y al cabo
ese algún daño
abas de devolver la llave del baño de mujere
ado el tío cañón y le has cargado a él la tarea devolverla. Aún así, también sabes que dispones de unos pocos minuto
es abrazándolas a la
pero Elena tira de tu mano y de la de Mónica
evo al camarero, el mismo cuyo teléfono ha conseguido al
en la misma escalera de antes, a medio camino de la planta superior, para beber
ónica en cuanto tomáis
Elena- que no nos ha
a soltar la llave. No para de buscar entre la multitud, pero por suerte a tí no
y mal? -pregunta
que dices una cosa nueva-. Me ha tocado los pechos, pellizcado los pezones, masajeado el clítoris, h
muy bien ¿no? -
ivo verdad? -pregunta
rra -concluyes leva
- eso está mal,
usión con el camarero. Seguro ha tenido problemas por estar en posesión de la llave del
se enfada... -suspira
deja de buscar entre la multitud
ebe a que nunca has soportado a esa clase de hombres. La clase de hombre
noche de sexo desenfrenado como la que pasé c
úas-. Voy a seguir intentá
las siempre te han comprendido a la perfección y siempre que las has neces
pie y tirando de vuestras manos para qu
Elena moviéndose al
Elena pretende coquetear un poco más, y pasáis el resto de la noc
es que ir a trabajar. Además del desgaste físico que esto supondrá, será una dura prueba para tu pobre corazón roto
.
uciendo de camino al ''Saint in Pla'', el hospital en el que t
n dos doctores, tres celadores y cuatro enfermeros (dos de ellos de prác
e dos días hubiera sido un gran motivo de alegría para tí compartir
ng de empleados. De camino hacia aquí has planeado hacer sufrir a Juan, sólo un poq
os, en la que está Juan sólo. Los enfermeros y los celad
ro día no... Yo tengo que... Lo que trato de dec
cación Juan, pero ya no la q
y medio contigo... Nos habíamo
te bien claro el vi
acostumbrado tanto e
excusas baratas que está soltando con sus balbuceos. Ahora tu
un poco, -continúa diciendo
s-dices-. ¿Es eso lo
ceando incoherencias. Está claro que esta c
ma. Puedes hacerlo si te apetece, eres libre. Yo también
n muy asombrado, para a conti
er que ahora siente celos. Está muy herido en su orgullo pues, sin duda, él pensaba q
te llevó a casa de Andrés y por la noche tan apasionada que pas
la cabeza por la puerta. Sonríes al ver que está tremendamente nerviosa,
ando de transmitirle un
a de treinta semanas con hemorr
uirófano -dice r
uestro trabajo, dejáis cualquier distracción de lado y os dedicáis en exclusiva a lo que es más importante. Por mucho que
tar la hemorragia y sacar del peligro al bebé y a la madre, que tendr
ue conseguís hacer bien vuestro trabajo, pero hoy esos agradabl
.
guardia. Juan y tú habéis subido a la consulta
Le vas a dejar probar lo que nunca más tendrá. Le vas a poner la
sito pedirt
pasando a limpio un informe con el ord
o me operé los pechos y necesitar
gunta Juan perplejo, que te está
del cambio en tu busto. Pero ya no más, te dices a tí misma, no vas a volver a permitir que este hecho afecte n
evisar que esté todo bien y he pensado que, aunque ya no somos pareja, eres la pers
e Juan-. Lo haré como ginecólogo, como profesional, pero n
vantas. Te diriges a la puerta de la consu