quisit
BR
dejar de verme a los ojos, se recostó sobre mi cuerpo y rozó su mejilla co
e -dijo a mi oído, mientras volvía a inc
e lo único q
este tiempo. Claro, si no te importa -dijo Lucio, cortando mis pen
eaban cayera, dando por hecho que todo se tratab
qué, viéndolo desafiante-. ¿Vamos? -me diri
ió mi equipaje en el maletero, abrió la puerta pa
rdo juego de mi hermana -lancé sin rodeos y
Eres hermosa, y si sigues soltera; además eres de
e tomemos ciertas posturas, que formemos algunas barreras y sepamos escoger
creo que por esa razón, estoy solo -bromeó,
e dijeron de
ertido-. Creo que a tu hermana y a Lucio, les fal
con la cabeza-. ¿Me dirá
más que sonrojarme-. Al principio me negué, pero ahora creo que cometí un gr
¿por qué estás aquí?
io; llevarte al depa
do un taxi, no te
sola y él vive del otro lado donde tú te quedarás, y casualmente
o... g
n placer. ¿A qué te dedicas? -
negó-. Me gradué en periodismo y elaboro artículos en una revista de modas -mordí
debería
creí que te pe
ba que trabajaras en una revista de modas... pero porque tienes pasta de abogada, no por
ómo te gan
Lucio y yo somos
viajará a Dubái
de las excusas para casarse con tu hermana lo más pronto posible, es esa. Sin embargo, lo conozco de
ermana es distinta a su lado
tido para cualquier mujer. Tanto por su n
la boda! -reí, recordando su sarcasmo cuando co
n a tu padre? -
e Alison salga lastimada por algo
iscreto de mi parte,
e mis amigas lleguen para la boda -intenté aparentar indiferencia-. El caso
cobardes -respondió y son
casar, no me amaba y ya había desperdiciado demasiado tiempo con alguien que no me merecía. Soporté muchos
ngañó... -murm
fue la gota que colmó el vaso -tragué con dificultad, recordando aquello.
uando no hay razón. No creo que hubieras puesto una pistola en su cabeza para que se c
as personas que presenciaron aquello, es ser una novia tonta qu
tal vez hubieras cometido el error de casarte y ser infeliz con
bien, en proceso de restauración o algo parecido. Se notaba que le faltaban algunos detalles, pero eso no dejaba de hacerlo ver impresionante. Bajé del coche, recorriendo con los ojos tan
o me lo ofrecieron, no dudé un segundo en comprarla y llevo aproximadamente un año con la restaura
veces que había ido a París, no tuve la oportunidad
s? -preguntó Piero y me
que vine aquí, fue por trabajo y jamás
es y es uno de los barrios residenciales más lujosos de la ciudad.
edificio.
dió-. Entremos; te enseñaré
todos modos, además de la escal
raban dispuestas una frente a otra. El espacio era amplio, de paredes blancas,
vitó y sacudiendo
lduras de techo, el suelo era de madera y una preciosa vidriera situada en la zona del comedor, ofrecía una maravillosa
dividían con puertas corredizas de madera tallada y cristales. Todo era de un blanco imp
so a una enorme alcoba con el mismo estilo que todo el lugar: paredes blancas, techo del mismo color con las ya características molduras en el techo. El piso en este caso, era de mármol blanco decorado
cama, completamente feliz-. Creo que eso es un sí -dijo satisfe
rendida por la combinación; es clásica y lujosa.
i algo te hace falta, solo marca mi número. Te lo dejé anotado al lado del teléfono -señaló la mesa de noche de estilo victoriano y asentí-. En cuanto al costo, debes tener en cuenta que esta zona es uno de los distritos residen
.. -bromeé y Piero hizo una rev
apetito?
agotada y me gustaría
puerta con los brazos cruzados-. El apartamento d
racias -dije sincera y el asint
rqué a la puerta para cerrarla. Piero se volteó y cami
ñana -se volteó, metiéndose sin
dos de ánimo que hace tiempo no experimentaba. Primero la impresión cuando lo conocí, después la melancolía al revelarle algo tont
ntender el motivo por el que Alison lo escogió, y por esa misma razón d
*
hada sobre la cabeza, tratando de ignorar los ruidos, hasta hacerme la idea de que debía despertar. Suspirando con frustrac
los ojos, topándome con Alison y Piero...
e se debía a mi atuendo. La camiseta llegaba hasta mis cad
noté como Piero no desviaba sus ojos de
Alison, con dos vasos de café humean
en mi rostro y no en una parte que no debía haber visto. Mi rostro ardía por la vergüenza y
n deportivo. Me lo calcé y luego salí, abochornada al
as ardiéndome aún-. Lo siento -dije mi
cir Alison, entornando sus ojos y
iendo del apuro-. La cama me hechizó...
partamento en las noches-. Hoy tengo muchísimos pendientes y necesito que me acompañes -dijo
bastante bien; unos vaqueros, una camisa que hacía juego con el color de sus ojos y se adhería a su cuerpo, y una chaqueta negra-. Nos vemos más tarde
, tuve el valor
cedí a quedarme con Alison en casa de Luc
Oí la campana demasiadas veces
í de intensa.
Quieres cenar conmigo esta noche? -pre
aro
ra vez como en la noche, para darme un beso e
ista para
emos,
como tonta, mientras él
lison, recordándome que Piero no
que, sácate esas absurdas ideas que se están formand
y negué-. ¡¿Por qué, Sabrina?! P
s que eso y lo sabes. Además, no
amor
; jamás tomaré un compromiso con nadie, no podría c
os son
todos lo s
? -preguntó c
ducado y atractivo, pero hace mucho dejé de creer en los cuentos de princesas. Ya no in
olo quería
s, no es momento de pensar en mí sino en ti y en tu boda. Ya deja
con sus ojos y a ti te gustó... -volvió a decir y suspiré negand
*
s flores y enviar las invitaciones. Además de elaborar
ilusionada. Sus ojos brillaban, pedía mi opinión en todo, cosa que jamás había hecho. Llamaba
endo como un saco de papas en el sofá. Sin embargo, el reloj sobre la me
corte clásico, con escote en V y mangas en los hombros,
quillé lo más natural posible mi rostro. No deseaba p
tfit. Me miré al espejo y me sentí conforme con lo que ve
anca. No llevaba corbata y tampoco le hacía falta. Fue cuando agradecí haber esc
e saliera de manera normal y no dejar en evide
brillo especial en los ojos y sentí como mi pulso se aceleraba
am