ala idea», piensa S
ey; la pequeña puede escuchar los murmullos y las respiraciones de los aldeanos recargados en el
erto para escapar o esconderme», piensa la n
-le dice Kamunyak a su hija, de
olteando con la leona, de
uir algo de follaje o pasto e
o que sí te
as -dice Kamunyak, sonriéndole a la cría; Siara s
errumpe el m
adentro de la choza, añadiendo al
hacia adentro, ate
e ella, hincándose sobre
a su grupo. Necesito verlas a todas ustedes -le orden
a que está afuera?
a siga esper
ándole a la capitana Aina que reúna a su grupo y se presenten
rotejan a la niña herbívora
Hay una en especial que tiene muchos c
sa omega. Le voy a
no puede hacer eso! -objeta la
hacerlo!
no de los dioses y espíritus!
alfas y las betas tienen la responsabilidad de cuidar a la cachorra de impala por tiempo indefinido. -Ahora se dirige con las cazadoras-. A ustedes, les ordeno pr
-responden toda
da a las leonas super
ieron us
eza, respondiend
su al
nde; ha bajado su cabeza, m
Yassane? -insi
d para mantener la
. su
un árbol cercano. Los príncipes se han retirado al dormitorio real, seguidos por los sirvientes; las doncellas siguen alrededor, siendo
o por las demás leonas. Camina un trecho, para después voltear hacia
las, quienes obedecen de inmediato; ahora le preg
uno. Se ll
paren muc
riendo a una multitud afuera que
la cría de impala aquí presente, que tiene por nombre Siara, forma oficialmente parte de la tribu! ¡Desde ahora estará bajo la protección
icación mejor; los demás hacen caso,
igílenla bien! -les ordena el soberano
unyak y a Siara mientras se ab
de los omegas que siguen ahí, les encomienda a Yassane y Aina terminar de explicar bi
n decir nada se retira a la choza principal, ubicada en la zona Oeste de la aldea, junto a ambos muros de madera: de la misma comunidad y
ede tranquiliz
, fueron reemplazados en un santiamén por las preocupaciones y un poco por el se
ngamos un lago cerca. Solo esperaré a que se duerma, para poder salir a recolectar algo d
se detien
a ella, llevándose
mbién se detien
e pregunta
y la de mi madre. De seguro y
eunirnos con el rey, les pedimos a unos amigos que
. Iré de una v
nta la misma compañer
nte porque sería una mala impresión
os expuestos sobre mesas de madera, las cuales delinean un gran círculo; dan la apariencia rústica de un mercado, pero no lo es. La comunidad tiene que
nudo o grande; mínimo un enfrentamiento a diario. Los encargados de entregar las raciones diarias, permiten esas c
os y todas la observan, algunos mientras platican entre ellos y otros en completo silencio. Solo unos cuan
sidad es demasiada, combinada con una chispa de empatía. Da un par de pasos hacia adelante, saludando desde su lugar y agitando la mano; todavía sujeta fuerte a Kamu
ue este lugar n
o a dos cazadoras; las más cercanas a Siara. Al mismo tiempo, un tercer león aldeano l
e, que cuando siente el rápido tirón de parte de Siara, ya es muy tarde. Tr
i! -grita la c
a su presa para
o la persecución al segundo siguie
ya que Siara no deja de forcejear para escapar. Nadie hace nada para dete
yak y a las demás rescatadoras, deteniéndolas a metros de la vivienda. Adentro, Siara es forzada a permanecer en el suelo; ella gri
su esposa, hincada junto a é
trabajo, pero Siara no se rinde; patalea, se retuerce o trata
eños están con unos amigos en o
jer! ¡No te q
de la pequeña. Ya podremos imaginar al rey, diciendo la fras
s sus fuerzas. El hombre felino alza el cuc
mismo tiempo que le da un fuerte puñetazo en la cara. Apenas el
po y ambos brazos para empujar a la otra leona que se niega a soltar la «comida». Kamunyak carga a su hija, apr
hacer nada. Ni siquiera sa