Wil
tunista», pi
tres malditos años visitando este lugar. Un mes. Un mes desde q
puedo determinar desde cuándo, es una oportun
una letra fina, alargada y adornada con muchos color
a. Hasta hoy, pensaba que era una chica trabajadora y emprendedora. Por lo poco que conozco sobre ella, sus estudios y responsabilidades, no la creía ese tipo de mu
egó mi fascina
mos -digo con en
la puerta trasera
onde él y, en pocos seg
su mirada, la energía crepitante flotando entre nosotros. Pero todo se sintió frío cuando le entregué ese mensaje, cuando su hermoso y delicado rostro mostró una pena profunda. Sé que fue algo bajo lo que hi
el momento había tenido la oportunidad de disf
amientos y yo reacciono. Miro por la ventanill
yo apuro el paso para no mojarme. Cuando entro al edificio, sacudo las solapas de mi chaqueta mientras saludo al guardia. Sin
por lo menos, el que más significado tiene para mí. Desde que tengo us
mientras las puertas se abren y e
nes. Estoy orgulloso de ser quien soy y de todo lo que aprendí cuando era un don nadie. Mis padres, trabajaron toda su vida para darme la oportunidad de ganarme un futuro. Mis herllega cuando se ha forjado todo un imperio. Cuando cada uno de los O' Su
ficio entregado por nuestros padres, que hoy en día, se pueden dar el lujo
e llaves, cuando me ve llegar. La pequeña mujer, rechoncha y c
devuelvo el saludo con u
que pretendía hacerle-. Ya está todo lis
luego, voy hasta la habitación. Por seguir mi rutina de cada día, estoy atrasado; mis padres y mis hermanos deben
o, porque de verdad, no creía que fuera de ese tipo de personas. Su amiga sí, tiene pinta de eso. Y no es que esté juzgando sin conocer a mi supuesta cita de
é que cumplir mi palabra e invitar a salir a su amiga; po
e metido. Pero ahora no puedo quedar mal, además, de que un pedacito bien
ras, atravieso la habitación hasta dónde dejé colgada la chaqueta. En uno de lo
es, tan ensimismado observando el
voz de una mujer, p
la? -repito, para
s segura y decidida, que no creo haya sido l
explotarme en la car
gunto, porque no
ara saber, tú sabes, lo que haremos. A dónde iremos, qu
ió loco. Pellizco el puente de mi nariz y tomo una respiración profunda, antes
de la línea, pero luego su chil
risita que me hace pensar que
talles -continúo y rasco mi cabeza, intenta
ea tarde -interrumpe ella, con voz
pitido del otro lado me
que in
luego me cuelga. Espero que no sea una de esas estrategias de artículos de revi
e haber sido tan impetuoso», piens
me recu
entirme así por culpa de alguien que no vale la pena. Mi obsesión con ella debería acabarse, pero ahora es peor, porque me dan ganas de hacerle una propuesta indecente. Todo puede quedarse en un simple disfrute, una noche que me haga olvidar t
ue, por estar pensando en quien no debo, no he comenzado a v
idea. A la larga, esa mujer traerá problemas a mi vida;