ecciones posibles, los árboles seguían estando de la misma manera de si
manchado de ceniza, la cual me dejó toda la mano de color negro, de improvisto la sonrisa que tenía dibujado el peluche cambió a una mueca triste, me empecé a po
ó negro, de fondo se oyó como varios árboles se caían, puse mí vista en el oso, al cabo de un
dose provenía de lo que se había formado en este precipicio, se había cons
aba hecho el vac
hes un poco más grandes que el antes visto, con el mismo aspecto, con el mismo movimiento d
muy nerviosa, entonces el oso pequeño se tiró a aquellas manos, me dio un poc
desaparecido entre aquellas manos,
oso camino, al hacerlo, este sonó de una forma que no me daba total seguri
o me iba a resultar muy difícil al yo sufrir de vértigo,
s, avancé despacio, siempre poniendo el pie izquierdo delante de forma lenta, las piernas me temblaban, dando la sensación de que en cualquier momento me iba a caer entre aquellas manos, además de que intentaba no mirar
ían más intensas en volumen y en número, parecía que se multiplicaban poco a poco, entonces fue cuando miré para abajo sin querer, el f
ccioné, entonces la gran rama rota descendió hasta las llamas de abajo, me tranquilicé, mi respiración era muy intensa y en ocasiones denotaba agobio,
s se hacían más intensas y molestaban a mis oídos, por supuesto pude ver como las nubes de color sangre se movían en círculos dando la impre
rse, ya daba por sentado que mis ojos nunca se volverían a abrir, que el latir d
esfumado, al igual que el precipicio, como también el color ceniza del suelo, todo volvía a ser como antes, con árboles desnudo