aré bien. No creo que eso vuelva a pasar. Y sob
ad te gus
escente! - La pelirroja suspira y niega - Ya
nos estamos
u pequeño perro quien al escuchar la puerta salió corriendo
que me ama ¿no es así? - El pero sol
caminarse hasta la cocina donde prepararí
sada de Susan le había dejado en su escritorio. La rubia tumbo su cuerpo exhausto en la cama. Solo quería dormir por días, ya no quería
se preguntó, ¿cómo sería hacer el amor con él? ¿Cómo sería Callan en la cama? ¿Qué le haría? Eran
lo pillo, y se dijo que así terminaría su vida. Cuidando de un perrito y sin un hombre en
.
po para dedicarse a sí misma. Maquillo un poco su rostro, y puso un poco de brillo labial en sus lab
ir algo por Callan. Y quien sabe, quizás él la viera como algo más que el revolcón de una noche. Sonriente y empoderada A
.
de trabajo Abby salió del ascensor encaminándose hasta su cubículo, pero antes
te deje anoche? - Pr
todo - Respond
- Dice tomando las carpetas
mbi
los brazos -Y no creas que porque te has puesto ese horrible
u cabeza, no podía permitir que las palabras de esa mujer la afectara... Libre del trabajo extra, ya solo le quedaba hacer su verdadero trabajo, la chica encendió el
ía viviendo fuera de su cuerpo. Por los nervios que la abrumaban la rubia sol
as oc
r - Pestañea como procesa
de ordenadores, y resulta que
é tanto, señor Me
a voz en su interior le dice... ¿qué estás haciendo, estúpida?, claro que
a contado que has acomodado su lap
y rápido -Sí, es cierto. Yo, y
Entonces v
roblema del ordenador. Mordiendo sus labios al punto de dolerles, Abby entro en la oficina de Callan. Se podría decir que era la segunda vez q
a. Ve que puedes
n fuerza, la verdad es que los nervios estaban haciendo mella en ella. Sabía que pa
za una ceja –Puedes tom
iento mucho,
pensamientos que no venían al caso para enfocarse en lo que tenía que hacer. Comenzó a revisar el ordenador busca
e su seductor jefe. ¡Por dios! Sus bragas nadaban en un mar de sus propi