sitar la casa de los Derickson, era casi una mansión, con enormes campos de siembra dirigidos por los empleados leales. Había
o a sus grandes ojos azules, era más parecido a su madre, tomó su mano con firmeza, mientr
un pequeño, ahora eres todo un hombre -dijo sonriente, pese a la
iento y una empleada les trajo té-. Me temo que he escucha
sus problemas económicos, sobre todo porque era un hombre que
raré los problemas que ha
un sobre amarillento de un cajón y se lo entregó, cuando Frederic lo abrió y vio la cantidad de dinero q
omo para abandonar a su familia por un hombre, esa no era la hija que había criado, seguro estaba de que volvería, y podría desp
a señora Gema, que comience con los preparativos de la boda, que no se preocupe po
aci
atento-. Quisiera pedirle la oportunidad de ver
aron su rostro, y tomó un pañuelo para secar
co enferma, tiene una severa gripa, nada gr
¿Ya la vi
pes, solo debemos
rido Fred, en cuanto
quedado que la
d no es buena, además, quisiera quedarme est
intió d
ieres pacta
ble que de su consentimien
n el corazón acelerado y su cuerpo tembloroso, odiaba
ll se dedicó a preparar la boda. Pronto corrieron los rumores del matrimonio, pero de Rosbell se rumoró que estaba enferma, incluso muchas mujeres creía
a se habían desposado. John clavó su mirada en ella, era tan hermosa,
un bebé contigo?
ver
o para volver a colocarse encima de ella y da
a su madre como quien mira a un loco. No comprendía como er
or Dave, no encontr
que sea,
orte -espetó con franqueza, apenas era el amanecer Mackenzie tomó conciencia de que Lorf estaba a una hora en
ían y maldecían, pero cuando Mackenzie se acercó fijaron sus ojos lujuriosos en su figura, se sintió cohibida, pero recobró la seguridad, uno de los hombres el más alto la miró casi desnudándola, era una jovencita delgada, blanca, con cabellos rizado
as un poco d
se
e! -exclamó y los hom
petaron burlándose del hom
nero, puedo darte
oy aquí, y que v
-gritó el hombre, asustánd
s hombres obedecían y se iban, observó a John, lo conocía de vista, de cerca era más atractivo de lo que parec
ú eres Mackenz
está R
nos enc
Lord, así que he venido por ella -dijo con firmeza. Aunque
se irá de mi lado, ahora somos f
ba tan so
n metiendo -dijo asustada, con los ojos enormes y llorosos. John lo notó y puso sus manos en los hombros de
con tu padre y dile que conseguiré el dinero que
itó haciendo enr
ú no ent
un héroe? Se equivoca, hay una palabra que usted desconoce;
kenzie? Tus padres querían vender a Rosbell
ombre, pero no pudo, su rabia se contení
ende una lección ahora: el amor no se compra. Ahora vete Mackenzie, o le pediré a mis hombres que te regresen a G
vencita dio la vuelta y se fue. John sintió su corazón pequeño, no solo por la discusión sino porque en el f
de oír el sonido del motor del auto Lincoln continental que se cruzaría con ella, Mackenzie apenas pudo sostener las riendas, porque su equino se alzó aterrorizado,
bien? -
que vio en la playa. Era otro atardecer y sus o