lvería para casarse con el Lord. Aquella mañana rezó por la memoria de Julie, su gran amiga, ¡Cuánto la extrañaba! Se sentía dichosa de
lices, Gema estaba convencida de que días como esos volverían tras la boda. Se asomó al ventanal, pero se sorprendió mucho al ver los campos de siembra desiertos, mientras los tra
clamó con visible molestia, mientras los trabajadores se levantab
no tenemos forma de trabajar, las tier
mo d
de madera para impedir el paso, han colocado vigilantes y cer
, no le importó caminar casi tres kilómetros, aunque siempre fue una mujer de buena forma, sintió su cuer
a su mente, deseó volver atrás, no para cambiar su destino, sino para disfrutarlo con más intensidad. Ante ella apareció Andrew, lo miró con una buena sonrisa, era parecid
lie, estaría feliz! Te has c
adre, sonrió silencioso, intentó mostrarse frío,
ñora Gema, han sido
emejante pesar a mi corazón? -las palabras de la mu
o.
usar las tierras? Tu madre siempre fue generosa, ella fue para
ar hablar, no pudo, las palabras salieron de su bo
mala intención, después de lo ocu
ando se es muy joven, también se es ingenua, y entenderás, es difícil, se e
derá! -recrim
ció el ce
mo d
a vuelve, no la despos
mujer estaba ir
on otro hombre, el fora
ión, tristeza, enojo y frustración, todo sobre su pobre corazón, que no resistió, un dolor agudo se clavó en su brazo, en su pecho, la respiración le faltó, se tocó con fuerza como intentando contener el dolor, pero no pudo,
le prometo que les devolveré las tierras y el agua -dijo con súplica, solo queriend
ma corría por su rostro, la abrazó con fuerza recordando la muerte de su querida madre. Los emplead
ckenzie estaba llegando del
ué
l agua -dijo el padre con voz franca, ella son
sigues p
e eso no
de Mackenz
reguntó con el e
s de Mackenzie casi salieron de sus
ede ser! -d
emos op
hí estaba Clarence
os y que se enteró de que el Lord nos quitó el agua y la
cómo decirle algo así a su hija, no podía, tragó saliva,
cuando no vio un atisbo de broma en e
o a ese tipo, ¡Es un monstruo malvado! Se querrá
, ¡No hay
loraba, negándose. De pronto se echó a correr, como yegua desbocada, Mac
implemente venderla al mejor postor por dinero. Era preferible la inmundicia. Decidió que haría lo correcto,
ía por su salud mental, era una chica frágil, miedosa e insegura.
s, no se detuvo hasta llegar a las tierras altas, quedando en el acantilado más alto, miró abajo, un sollozo desga
xclamó, temblaba,
masculina, firme y fuerte, provocó que Clarence se estremecie
-gritó co
y una caída a esta altura la mataría de inmediato, si no s
ñeaba sus dientes por el temor, miró al hombr
ida no puede ser tan mala
no me
gust le acercó su mano,
cayeron al pasto, ella cayó encima de su cuerpo, cuando levantó la vista admiró su rostro afilado, su cabello castaño oscuro, lacio, tenía unos grandes o
uél
o permitiré qu
r, ¡No quiero c
n qu
r de responder, cuando M
dose a tomar su rostro en
lado -dijo August levantándose, detr
as la abrazaba, y agradeció a August qu
. tengo miedo -dijo mientr
itiré -la voz fuerte y segura de Macke
nce preguntó todo el camino sobre que altern
Clarence se tensó, sujetó la mano de su hermana con fuerza, pero justo detrás de él venía una carroza fúnebre, Mackenzie frunc