ó el balazo, pude sentir como algo le arreb
ritos rompieron el enigmático silencio que
te como un pensamiento, salvo que no lo
una vez
sperando, Cuatro? Huye–. Esa voz, me resultaba tan familiar pero no entendía de dónde provenía, no entendía s
errando a mi pierna, se sentía caliente y viscoso, se sentía como... piel... el cadete. No había notado que no escuchaba más el sonido de la lluvia, s
vez audible, sacánd
voz, pero esta vez no estaba en mi mente, estab
pronunció ant
está sujetando la
edo creer que dejaras que casi te mataran en las pruebas, Cuatro. El marcador, ¿recuerdas? Te estoy dando la vuelta y
a interrumpirla. –¿Quién es
fuera la dueña de la voz dejó de sonreí
o tú solo... tranquilo, te
bía salvado y aún así creía que tenía que ha
e conocer a Magnus y tener un lugar en Utopía, no sabía que se podían hacer aliados, pero tú me has s
o animado. Pero solo recibí silencio por respuesta. Empezaba a baja
alvar –dijo depositand
, ya no me estaba besando la frente, me estaba besando a mí, una chica desconocida me estaba besando, a mí, en medio de la
llas para fundirse en nuestro beso, salvo que no eran gotas de lluv
os de la mano y saltábamos a un acantilado, ella era hermosa y no vacilaba en ningún momento al tomar mi mano y saltar, llevaba su cabello
de caer, sin ella era todo lo que yo podía ha
–grité so
a luz y comprender que había sido un sueño... la luz... ya veía, ya no estaba ciego, podía ver a la enfermera y podía ver cómo me veía sobre lo
intentando levantarme, pero m
morragia interna, calma cadete, fue el primero en terminar la prueba, en una hora que termine de absorber el suero –empezó a mirar su re
sto, se
lo recordaba el balazo y cómo intenté correr por mi vida, n
mis ojos con mi antebrazo, al parecer extrañaba l