Midori esperó hasta el crepúsculo para salir. Había tomado el cilindro que ayudaría a Cuatro a recordar a Cinco, ellos eran la única esperanza de su hijo, debía asegurarse de proveerlos de toda la ayuda posible antes de que se marcharan a aquel lugar, si de algo se lamentaba era de no ir con su hijo, pero alguien debía quedarse a cubrir su rastro.