que consiguiera la información de su otra gemela, la señora La
Lía pudo haber estado en esa misma situ
, mientras veía la fotografía de la Marianela, la
o envío la información de que había viajado a la ciudad de Nueva York, donde ellos vivían y
idénticos a ella, solo la diferenciaba una cosa, ella tenía un lunar negro en su labio superior, es
algo en la mente, utilizar a su herma
u círculo familiar y su ámbito. Pero si ella la suplantaba secretamente, ella podría volver a su casa
ogar parte de sus gastos, se encontró con que había solo plazas para limpieza, meseras y cajeras, aún estaba estudiando, le faltaba otro
ía casi nada por él, pero él era un hombre atractivo, exitoso, era todo lo que una mujer querría tenerlo por esposo, y
bre Daniel, en honor a su abuelo, jugueteaba mientras con suma preocupación
da que no quería ser madre, al menos no estaba en sus planes serlo, hasta ese día en que se emborrachó y no
a pedir a la empleada que le llevara una botella de vino de
a, pero ella lo tenía todo, ¿De que se quejaría? ¿Que le faltaba? L
a mi, respirar y tomar lo mismo que yo por un tiempo, pero ah
ra hora más, ¿Era mejor hablar por teléfono de tonterías, de modas, de chismes que e
alargaba más él, por que aún tenía esa esperanza de que el
para casarse?-Se pre
que debía recuperar energías, pues había andado arriba abajo, buscando una vacante de trabajo, hasta que vió a una empleada empujar un
ombre, enseguida los recuerdos de
resequedad en la garganta, que pequ
a su mala o buena fortuna, él se sentó a dos mesas de ella, encargó jugo y
ón acelerado bajaba de ritmo, observó con
ta que la niñera
ño? -Para entonces el hombre con un maletín en m
sa familia de su hermana gemela, y segundo, este niño era su sobrino, su amado
pachos, algo que dejó perpleja a
a la viesen siendo tan amorosa con su hijo, hijo a quien ni le volvía a ver en casa, y en un a
*
es va gustand
ias!