las palabras de sus consejeros lu
amente en qué hac
talón de
necerse con una d
staba tan cansado y aq
bjetó demasiado. Veinte minutos más tarde, con una sudadera blanca y lente
y Emilio se puso de pie da
ó y con un poco de r
ue sepas que lamento
on tranquilidad–
su humor carecía bastante de esa chispa vibrante y era más un mar d
reguntó desconfiado. Emi
cuando Maximiliano abrió la boca para contestar no le dio tiempo a hacerlo– Quiero que seas alguien en la
.. Yo sé que debo comportarme.
s morirían por tener los privilegios que tienes y no haces más que mal gastarlos a tu antojo. –¡Estoy a nada de cansarme de ti! –aseguró– Vas a ir a un retia carcajada divertid
Cómo carajos le diré a mis amigos que voy a ir a un retiro espiritual? No me vengas con eso,
tocó a l
lio asintió abotonando su
ió una vez más
voz tranquila– guarda el teléfono y la laptop, no la
rmó y su padre pasó a su lado dejándole
ás centrado pero ¿Y qué? Sólo tenía diecinueve años. No era su culpa que a esa edad su madre y su papá estuvieran procreando. Lo menos que pl
lugar y sin esperar a que el chofer se acercara encendió el vehículo
ejarse a toda velocidad enfocó sus ojos en el pálido chófer– ¿Qué estás es
casa de su colega con una
da lo que digan unos cuantos reporteros chismosos sobre ti? – Erick parecía conster
mirar a su amigo– El Presid
de salir de la piscina. -Belén- se respondió ella misma y Max le guiñó un ojo mientra
me en paz– respondió él
vas a hacer? –
ía y él respondieron al unísono la
r más
ación y los miró a todo
Tu padre lo envió a recogerte, dijo que
con una carcajada y sacó
de medio millón– Pocas cosas de su padre le sorprendían tan mínimo como lo hacía su egocentrismo y amor por lo superfic