níamos varios días en un hotel de sonora, éramos u
que cruzar por el desierto varios kilómetros era mucho el peligr
ien cargando la mochila y el garrafón de agua, el coyote nos dijo que pasaríamos de noche p
oneta tipo van y nos dejaron en la orilla donde divide USA con México, todo iba muy bien siempre
ó a todos, empezamos a murmurar entre nosotros sobre quién, o ¿qué sería eso que se escuchaba en medio de la nada? sin
uchaba cerca de nosotros, aunque iban mujeres también, nadie traía un bebé y más miedo sentíamos. Nos de
con nosotros no aguantó y le pidió al coyote regresar para ayudar a
e su mamá hubiese muerto, ¡debemos
varios kilómetros, si fuera un bebé de la edad que se escucha el llanto, ¿creen ustedes que nos podría seguir? Se me pusieron los pelos de punta al pensar que era verdad lo que aquel hombre de
do, yo sentía que el aire se había tornado pesado y tenía la sensación que algo o alguien nos venía sigu
n que les había pasado lo mismo, y dijeron que la mala hora es la muerte porque si ha habido casos de gente que vuelve en ayuda del bebé y jamás r