gro, me revolví sin control, pues estaba hundido
era agua como yo pensaba, era sangre. Curiosamente en la
onal y de aseso permanecían tirados por el suelo. El grifo del lavabo hacía salir gotas de agua de vez en cuando, el mismo lavabo estaba lleno de agua. Por último, el inod
rme cansancio desde que empezó todo esto. Agaché mi cabeza y me quedé un minuto mirando para abajo, y poste
s me hicieron sentir inseguro. Miré para detrás, pero todo estaba igual que antes, no había sombras, no había nada. Volví a mirar al espejo, y ahí volvían a estar, esos ojos rojos inquietantes. Entonces se apagó levemente la lámpara
aquel espejo vi otra vez a esa criatura, la misma de la bata blanca, la misma que me dejó encerrado en aquell
uerte no lo consiguió y desistió, entonces todas las luces volvieron a comportarse de
r qué empeora después de cada pes
llo de siempre, cerca estaba la radio, sonaba una canción de Eminem, me enc
e atracciones de Mantian City se acaba de inaugurar la montaña rusa inspirada en esta saga, n
creo que preferiría estar ah
abajo. Las ventanas ya no eran de cristal, eran rejas metálicas y oxidadas. En ciertas partes de la casa había goteras de sangre. Los cuadros de la pared, que ahora eran más, estaban casi todos del revés, pero eso no era lo perturbador, lo impactante eran lo que mostraban, y en t
s fotografías, la mujer no me r
d a través de la mirilla, en el cenicero había aparecido otro cigarro, y aún desprendí
e se detuvo, las recogí, y no era solo una llave, eran varias, seguramente serían de todas las p