o su última jugada con su amigo Hacker - elimina mis huellas, sabes que papá te pagara bien para que me busques – ordeno ella desde el teléfono del avión - no hay problema, ni yo sabré donde estas
iciando el rostro de su hijo – quiero estar solo – pidió él y ella negó con la cabeza – donde estabas, no quiero que te metas en problemas y tengo un mal presentimiento – regaño tiernamente la mujer – en Rusia ¿contenta? – respondió él mirando a los ojos a su madre y la mujer abrió los ojos sorprendida – me enamore de la hija de Alexey – confeso él a su madre admitiendo sus sentimientos, la mujer cerró la puerta tras ella – es una niña y está
o con relación de las llamadas – ¿cinco horas? – inquirió sorprendido Orson sin percatarse que su esposa estaba en la puerta escuchándolos - ¿acaso ibas a la universidad a llamarla? – continuo reprendiendo el hombre - ¿dónde está esa niña? – André trago en seco y negó con la cabeza – jamás me habló de s
que estuvieron envueltos – nuestra familia está loca, sería como casarme con mi hermano – susurró ella y él asintió sonriendo imaginando a Kalet, el hermano de Agathe que es sólo un par de años mayor que ella – te imaginas, turnándonos para llegar con nuestros novios a casa – bromeo ella con su amigo y él soltó una risotada sin notar que la
se de fuerza para continuar con su vida, tomo su teléfono y llamo a su dulce francés quien respondió de inmediato al leer numero priva
ía renunciado a todo por ella, por su libertad, se aseguraba de repetirse que su decisión había sido por ella y no por lo que sentía por su dulce francés aun cuando tenía el corazón part
en y clamar por información de su hija, sin embargo, las explicaciones del joven mirando a los ojos al angustiado padre, tranquilizaron a Orson y retomaron los negocios cerrando definitivamente el trato sin más preámbulos o ex
espalda haciéndola levantar de un brinco arrojándose a los brazos de Odessa - ¿Cuál es el plan? – pregunto Odessa y ella suspiro – ser felices – respondió Bela con una radiante sonrisa – ¿hablaste con él? – interrogo Odessa y ella negó con la cabeza confesándole con timidez a su amiga que cada día lo llamaba desde la línea privada sólo para escucharlo, aún la teoría del supuesto compromiso que escucho en la televisión rondaba su cabeza y como espina estaba cl
a, ya tengo todo fríamente calculado – bromeo Bela y rieron felices dejándose caer sobre la cama doble que compartiría
ara nosotras es diferente, somos el objeto con el que nuestros padres comercializan – explico la mujer con nostalgia en la voz – nos sentimos violadas por un extraño con el que fuimos casadas, casi que vendidas – André cerró los ojos escuchando a su madre – no quieres eso para tu amiga, pero no quiero que seas tú quien le haga ese daño – los latidos del corazón de Orson le hacían doler el pecho escuchando a su esposa, jamás había imaginado el dolor tan grande que guardaba ella, meneo la cabeza decepcionado de si – es verdad que con el tiempo, las heridas sanan, se aprende a amar y se puede ser muy feliz – continuaba explicando ella – pero las cicatrices son imborrables y debes entender que la decisión que tomo Bela fue la más valiente de todas; dejo su casa,
ando sus cabezas con ternura – Tío André – saludaron felices de verlo y Agathe lo tomo de la muñeca salvándolo de la incómoda situación – él no es su tío – regaño la joven amiga y se encerraron en la habitación; antes de poder confesarle a su amiga su verdadera historia de amor con su hermosa rusa, ella le conf
r; aún con la duda rondando en la mente de Odessa, guardaba la esperanza que su amiga quisiera regresar a casa, sin embargo, ya no se trataba sólo de ellas, un test de embarazo borro de las amigas
uenas y privadas escuelas, empezaron a trabajar como mucamas en el hotel que sin saberlo, pertenecía a la cadena de hoteles de la familia Bonnet; la pequeña magnate debía aprender desde hacer una cama, hasta lavar baños de desconocidos; esa libert
sposa por las heridas que hacía mucho tiempo le había causado y de las que desconocía las cicatrices; los viajes a Rusia eran obligatorios para André con la esperanza de encontrar en algún momento a su fugitivo amor del que se arre
s estaban a punto de salir a una fiesta – comenzó la historia – tu madre cumplía los diecinueve años y los acompañe, ahí la conocí y me enamore perdidamente de ella – continuaba él ante los atentos ojos de su hijo - yo tenía veintiséis años y después de ese día la veía muy de vez en cuando en algunas reuniones sociales, ellos eran dueños algunos hoteles pequeños en ciudades en las que no teníamos sucursales – André asintió entendiendo que la familia de su padre tenía mucho más dinero que la familia de su madre – yo le sugerí a mi padre que esos lugares aunque eran pequeños, podían ser buenos para el negocio hotelero y podría ser b
hija, no porque hubiera dejado de preocuparse por ella, sino porque guardaba la esperanza que regresara voluntariamente, sin embargo, la idea de dejar de buscarla no le sentó bi
tos de su llegada, una ambulancia arribo con alarmados paramédicos - ¿Qué pasa? – interrogo André preocupado – a una de las empleadas se le adelanto el parto – respondió sonriente la administradora ju