furia lo hizo girar sorprendido encontrándola de espaldas reclamando hablar con su padre; el imponente hombre salió de la oficina acompañado de un elegante joven – no te hagas ilusiones imbécil, jamás
tas en parte de tu negociación papá – reclamo ella señalando con su índice a Alexey y se alejó rumbo al ascensor enceguecida por la furia – no te preocupes, después de todo no le quedara de otra que aceptar – comento Alex
or sea más importante que los negocios? – interrogo André inconscientemente – se trata simplemente de negocios – explico su padre mirándolo a los ojos y él negó con la
endiente con su padre, André no podía concentra
a. Estoy en Rusia.
a, encerrada en su habitación descontrolada por la rabia, se desquitaba con los tendidos de su c
usa: voy a
isa por miles de locas ideas rondando en su cabeza, ella tenía
diez en el restaurante
damente, con los ojos cerrados ideando el plan del que pondría en marcha desde ese instante; no permitiría que su padre la obligara a casarse con un hombre a quien no co
ntrada - ¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste cual era mi habitación? – reclamo él y escucho el seguro de la puerta ponerse detrás del cuerpo de la joven – lo mejor es que salgamos de aquí, no quiero tener problemas – sugirió él nervioso intentando apartarla para abrir la puerta pero ella unió sus labios a los André en un tierno beso que él no pudo resistir – espera, tu estas comprometida – se apartó él y ella negó con la cabeza – primero muerta antes que casarme con ese imbécil – respondió ella con firmeza – aun eres menor – susurro él alejándose de ella con su cuerpo totalmente en llamas por la e
a mirándolo a los ojos bajo el desnudo cuerpo de André – haremos las cosas bien, hablare con tu padre – susurró él escuchando los gritos de su corazón y ella negó con la cabeza – no sa
Bela, debo hablar con tu padre – se quejó André y ella negó con la cabeza – no tienes que hacer nada, simplemente pasó y si no quieres que se entere nadie, nadie se enterará – respondió ella con calma en su voz, no lo obligaría a sentir
risa con un Jogger y sin camisa en la fría noche abrió la puerta – prepara tus cosas, regresamos a casa, tu mamá está muy mal, fue hospitalizada – el terror se apodero de André al escuchar las palabras de su padre - ¿te paso algo? – pregunto Orson
mbargo, en el lobby del hotel, el joven la vio encontrarse con su cómplice amiga con quien salió del hotel y desde el
pezó a retirar dinero de sus cuentas y tarjetas como acostumbraba, ocultando el efectivo en cajas de zapatos y ocultaba algunos los movimientos bancarios con la ropa y
ado de una baja de tensión, y el sentimiento del francés hacia Bela se hacía más profundo y más difícil de negar; la ilusión que había nacido en él, lo llenab
o, lo único que la joven Odessa debía tener claro, era que, en la fecha específica, veinte días después de su salida de casa, debían encontrarse en una dirección de Italia a una hora especifica; la dirección debía ser memorizada – viajaras
s pues al llegar de la universidad, encontró dentro de su saco una nota de su amiga "esta noche tu papá oficializara tu compromiso" – leyó la joven y desde el segundo piso vio a las empleadas con los preparativos que no solo eran su cumpleaños, tomo su portátil y tres sim de celular nuevas, creó algunas cuentas de ahorro de compañero viajero en
re al joven francés – lo siento, es que estaba algo ansioso por firmar el acuerdo – se disculpó él nervioso; la dulce voz de André dibujo una sonris
lpó André y el imponente hombre negó con la cabeza – es el cumpleaños y el compromiso de mi hija – los ojos de André se abrieron como platos y un escalofrió recorrió s
monos en el jardín
rrando algo en su oído haciendo que la imponente voz del magnate retumbara en la sala de la mansión -
é está pasando? Tu
rrió con su maleta hasta la carretera donde la esperaba el servicio de transporte que había pedido y conocedora que su padre tenía el programa para rastrear su línea de
ella miraba fijamente desde el segundo piso y necesitando generar distracción para darle más tiempo a su amiga, en una misión suicida se dejó caer rodando por las escaleras haciendo que el magnate, André y algunos empleados corrieran preocupados a darle atención – maldita seas Bela, por tu culpa – grito Odessa con aparente enfado y André se sorprendió – quería revisar si estaba en el cuart