aban tras ella comenzaban a hacer sonar la música de los cláxones. «¡Idiotas! No pienso llegar al trabajo sin ocult
arréglate
a la vez que sacaba la mitad
enazo. Al hacerlo, el coche que lo seguía colisionó con él. Observó el percance y disfrutó el momento. «Te pasa p
ra la parte creativa de los dos, quien más esfuerzo hizo a la hora de levantar el negocio de la nada. El mismo que se sentaba tras la máquina de coser y se desvelaba crean
Se colocó las gafas de sol sobre el rostro antes de salir a pesar de solo tener que cruzar la acera, y abrió la puerta del auto sintiéndose una est
é horas son estas de llegar? -se esc
n amigo gay? Lo regalo y seguro a él le encantaría.
acia ella moviendo las caderas con un ademán exagerado. Pasó una mano po
no han aparecido. ¡Son las doce de la tarde! Esto
é y ya quiero irme a dormir de nuevo. «Si no fuera porque hace tan bien su trabajo ya l
o, buscó el número en la agenda y marcó. Tras escuchar un par
Qu
le a tu amiguita que venga, ¡necesito que se presenten en media hora o estar
perra -mur
lve al trabajo que los diseños no se harán solos y en eso ere
un giro completo simulando ser una bailarina
e sonreír y admirar el cam
nes! Si no fueras marica
ntes de desaparecer por la pu
nó, alzó el rostro y miró al hombre que se encontraba en el interior del establecimiento. Lo escuchó susurrar un: «Buenas tardes» y ponerse a divagar observando las prendas
drados mostraban timidez, sin ser capaz de dejar la visión directa en algún lugar. Caminaba con lentitud, casi encorvaba con ligereza el cuerpo como si intentara cubrirse. Vestía un pantalón de chándal gris y una
e. Mejor será que lo despache rápido». S
frecía la mano para que se la estrechara-
armas de protección. En el momento en que le acercó la
sea maleducado. Señor te lo rueg
ieron, ambas palmas se juntaron en un enre
ctrica, algo que nun
rago que aquella sensación le provocaba. Ella no se podía permitir nin
riz era picuda y algo grande, los labios finos. «Como siga dejándose crecer la barba va a parecer que no tie
ais, ¿en qué p
ba una
observó en un recorrido desde el último cabello de la cab
a 36 o 38, ¿estoy en lo cier
pleaños de mi mejor amigo, él
ue un golpe di
"tipo de ropa"? «Se queja de
leves golpes en el suelo con el tacón. Brais abri
quí es hermoso, pero míreme, no luciría en mí. -Lo vio s
atractivo. Aledis, cálmate, de guapo no tiene nada, qu
anto se percató de su metedura de pata se tapó la boca con la mano-. Quiero decir, lo que quería
atractivo y no para aquel... Era mejor no entrar en detalles, porqu
crees. -Bajó la mirada apenas un segundo, nervioso-.
amigo -la forma en que pronunció la frase fue c
able ni dada a las alabanzas, pero solía comportarse de forma correcta con los client
hoy o mañana? -se escuchó el grito de Eliá
eó elevando la voz-. ¿Puede
chote me habría arreglado el cabello. -Caminó hacia Brais y se presentó-. Me llamo Elián, pero los hombres pueden llamar
tacón clavarse en su pie. Se lo
rate. -Le dedicó una mirada homicida que no daba alterna
ler se dio la vuelta y
u compañero le lanzó un beso y desapa
rraspeó y se d
jor amigo. A veces me
na media sonrisa y
juega malas pasadas; sin ir más lejos la persona que
mbre. Lo único que quería era que comprara y se marchara
s amigos -bromeó, ella tenía muy claro que E
rtar la mirada. Un silencio incomodo se hizo entr
uió con la mirada mientras ojeaba los pr
toy seguro de que
ión que le provocaba. Era como si ese hombre fuera el dueño de sus peores pesadillas, de sus peores temores, de sus más ocultos deseos. Aledis no quería pensar
sto de dosci
udes dejó a la vista su reluciente cartera y una in
amigo se pondrá muy
len treinta años. -Aledis cobró el imp
gracias por su compra, espero
lvas, por
uedó otro remedio que correspond
yo... ya
erta. Como si con su simple presencia ese hombre le dijera que aquella no sería la última vez que se cruzarían. Una voz interna le gritó que su vida acababa de cam