preguntar por qué vas descalza?
astrosa apariencia, hasta que el p
iezo, nada de
decida yo, acom
eció y reti
scritorio, como en
r eso -murm
arla. No era una mujer tímida y menos virginal, pero la propuesta que acababa de hacerle la intimidó. Se sintió poco más
lo quiero revis
ándose sin terminar de sentarse. Gregory la asió por las caderas y la impulsó hasta dejar
a te dije que
pelirroja. -Le guiñó un o
a de su cuello regalándole suaves besos, haciendo un recorrido hasta el mentón. Al sentir e
no recuerdas que soy una superficial
se en tu cuerpo sigue en buen estado. -La mantenía sujeta
racias por la preocupación
s, ¿qué
Menos mal que tus manos hacen milagros. -Una so
re tu cuerpo ahora mi
bre. Mi humor desde entonces va de mal en peor, quizá d
acarició sobre la ropa hasta llegar al cinturón. Tiró de él hasta acomodarlo entre las piernas. Una vez lo tuvo donde quería, lo
ocas con rudeza. En el momento que notó la emoción en el cuerpo de Gregory, volvió a empujarlo y bajó con rapidez del escritorio colocando su rop
tos en recomponerse de lo
como una drogadicta que necesitara su dosis-. Eres el sueño de c
, si lo fuera no me dej
e creé un hermoso trasero. -La sujetó de una mano haciendo que se diera la vuelta para observarla por cada z
e retocaste las orejas, no esta
o, ¿no crees que ya es demasiado? T
siento bien conmigo misma. ¿Me puedes volver a reconstruir el hi
de castidad, deberías volver a nacer para
so? -Frunció el ceño
abrir de piernas, tengo trabajo que hacer. -Estaba rabiosa, alzó el brazo para golpearlo, pero la detuvo con una sola mano-. Esta vez no, me c
arse, le clavó las uñas y terminó por morde
tó, escapando
aro que no se arrepentía-. Mi esposa acaba de tener u
al verla, estaba claro que ese hombre era un buzón de correos. Corrió hasta su auto y se adentró en él, como si esta
sentirse sucia. Aunque, sobre todo, lo que más deseaba era volver a escuchar esa voz. Las palabras de la única person
o y comenzó su
***
do el chiringuito. -Elián refl
uevas compañeras. Corriendo del taller a la tienda
no volverá. Dime algo, ¿qué crees
ocí a la perra del diablo cuando ambos comenzamos a estudiar di
eres deci
ás. Despeinada y con un gusto por la moda algo extraño para elegir esa carrera, pero por algún mo
tes, es imposible que alguien
muerto en cualquier esquina. En aquella época era muy distinta, tímida, temerosa del todo a su alrededor. Era c
miento. Entre feas se entendían, era incom
, pob
e. Yo la quiero mucho, muchísimo,
ocurrirle para s
os como dos locas deshidratadas. Esa noche se le aflojó la lengua, más de lo que ella hubiera desead
ran buenos con ella, ¿por
y mal. Tal como ella trata ahora a todo el mundo. Vivía enamorada del mejor amigo de su vecino, aún re
olo hombre que pueda re
iana es la que pagó sus estudios; pero cuando murió, los pocos ahorros que había conseguido en su vida, que no eran demasiado
es mejor que la tel
pasado oscuro, no con maldad, eso nunca; yo amo a mi pe
defenderme de ella,
el amigo de su vecino, fijándose en otro hombre, pero él la usó. Se acostó con ella y solo se acercaba a escondidas de todos para lo que tú y yo sabemos. Lo
po. Un día regresó mostrando sus primeros cambios: se había enderezado la nariz, antes era como la de un loro. Supongo que se gastó el dinero de su abuela en ello. Según me dijo había conseguido un inve
uró, Remedios perdiendo la vista en un
es, tienes una belleza que ja
elleza interior, que eso l
donde la ves no le dura un solo novio, no tiene quien la sopor
s muy
ios muy exitosos que viven fuera del país, pero que por razones de las que no quiere hablar decidió no depender de ellos. Es muy reservada
or
iera pluma. -Apartó el cabello con un movimiento de cabeza, y colocó su mano
a? -La conversación se vio interrumpid
a será otro día. Y espero que esta v