IN
librarse de la tenta
O
etrás de la iglesia, el cuello blanco sobre la camisa negra, con la mandíbula apretada y su cabel
da me e
retumbaron
lie, no habrá nada que t
encia con una
e liberó, pen
*
todo
li
ía en
a siguiente, porque cuando le pedí que salvara mi madre de la depresión se la llevo, dejándome completamente sola, no
esea
ie ni
os me detendrí
*
os an
re tanta gente, y estaba asustada, quería correr a casa y comer un plato de esos cereales de colores qu
- hable co
odos estaban concen
n hombre alto de complexión ancha, sin duda imponente, sus manos reposaban en su cabeza y no me escucho venir hasta después de unos minuto
ente a mí se arrodilló con una pierna para quedar a mi altura y pude ver sus
tomo entre
só su gran mano sobre mi espalda para
ombre
s mío, p
os músculos y volteé para encontrarme con sus lágrim
pequeña?.- ha
e distraje por
entrego con mi madre cuyo abrazo
día obtuve una doble porción de cereales, un cálido abrazo de
que él sería el hombre q