img Terror: Brujos en Chiloé  /  Capítulo 2 La historia de Chilpilla | 3.03%
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Historia

Capítulo 2 La historia de Chilpilla

Palabras:2315    |    Actualizado en: 15/07/2022

u primera muñeca. Luego de mucho rato, lo tomó en sus mano

icitaron por su reciente actuación.

ntañas, hasta una cueva muy especial, a donde muy pocos tenían acceso. Seguidas p

bienvenido, siempre y cuando cumpla con un solo requisito, un juramento de lealtad y silen

ontestó con respe

, no me

miró fijo u

ora, jamás

ar a los brujos del lugar. Su señora era lo más impo

mujer recorrió con sus dedos una de sus páginas. Lo que había allí e

s escondida; detrás de un traiguén , oculta por la maleza y perdida entre los cerros, no era un lugar de fácil acceso. Es

i hubiesen ocurrido recién. Y ha

blegar, por ninguna persona. Su padre la amaba, de eso no había duda, siempre decía que ella era especial, distinta a sus otros hijos, aunque nunca le expli

s bosques, se encontró con quien dijo ser el mismísimo demonio, el que le ofreció un favor a cambio de sus servicios. Chilpilla, con

o de ella y, por más que su tío paterno gastó fortunas en busc

nada fácil. Pero ella haría lo que fuera

alquier cosa? ―le pregunt

rmó con

transcurso de e

S

ura de quer

S

dad tus sentimientos deben morir o, al menos, esconderse muy en el f

enti

implicaría convertirse en la bruja más poderosa de la zona; de todas formas,

orir a t

ó aire y elev

s modos

orme energía tomada de los dos lados del mundo, era perf

ces, v

gnante y acercó su cara a la de ella. La jove

n huido ho

o

valiente.

oy ni lo he

volvió al frente de ella, era otro. Un joven apuesto y atrayente. Aunque, dicho sea de paso y

no hagamos esperar a la muerte que ya está

e irá

imp

esa saber a dónde van todas las almas q

eocupa, existe un lugar, sí, un lugar de tormento, hast

―preguntó i

tú nunca

a el lugar de residencia de los Bahamonde, el padre de la

no te dej

du

o el principio

ido movimiento la apegó a su pecho

dispuesta estás a ser

dispu

alquie

onfirmó―. Por la vid

ambi

n problema

én ins

faltado el

erás una gran

esp

ue sí. Todo el mundo s

o más ―respon

de justo al momento en que la madre de Chilpil

epar

o que

, su madre nunca la quiso, para ella solo era una guacha más d

a quebrada. Cayó al fondo del precipicio, a un lado del estero de

to ―comentó

ra es tu

quiere

terminar d

Yo

tabas dispu

esto, se giró para mirar a su acompañante a la cara. Cra

una sonrisa deslumbrante

alcanzó a captar, salió un enorm

o golpe

oy as

y la muerte de tu

io la media vuelta y desapare

Está bien

r. Miró el palo que tenía en las manos y, conteniendo

llam ―escuchó la voz del

ó y lo miró

vencita ―aclaró

í estoy p

misma madre, supongo que sí e

e rostro amable y ojos penet

haces

ue tú estás hacie

de lo que tú me

el hombre sin posar

es, s

que el Diablo debía dar explicaci

nvíe a buscarte. No a asesinar. ―El hombre la miró con o

o sabía qué replicar. No era su

cién llegado a sus pensamiento

ijo nada e int

ue para eso, bastante bien lo hace mi rival. ―Sonrió como si lo último hubiese sido un gran chiste―. Lo que necesito es gente valiente qu

mbio d

mi enviado? ―inq

eterna y

echó a reí

stante, m

se encogió de hombros e

estar dispuesta a hacer. Y por qué te daría a ti, lo que no le doy a otros. ¿Estás d

a mi madre, ¿qué

taste por el mot

mo funcionaba aquello, ladeo la car

ué debía

en oposición a mí.

vivía con las machis de aquí, ayudando a la gente, a los

lvió mi enemiga. Y debes estar dispuesta a luchar contra quien sea qu

egala una exqu

engo qu

Debes dejar de sentir miedo, dolor y amor. Y para ello, te voy a adiestrar, te vas a enfrentar a los más terribles suceso

tener lo q

rsona, podrá destruirte

el p

penderá

dolor en todas sus terminaciones nerviosas. Él sonrió, lo sabía, pero ella se mantuvo qu

es ra

cera. Podía leer su mente tan claramente que a ratos no

do del bosque, inter

iendo ―coment

o ―respo

o que habló a Chilpilla,

hacer? ―interrog

esadillas se harán realidad. La siguiente luna llena vendré a por ti y, si estás más fuerte, te lle

rá? ―preguntó

jamás morirás, te lo promet

ió a realizar los rituales

puede jugar en contra, y no quiero perder

ro no fue un beso normal de amor, fue como si hubiese arrojado, dentro de su bo

to mío, de otro mo

ura que luego de esfumarse, dejó no solo vací

lando! ―exclamó Isolina para

ió la bruja, molesta por tene

los recuerdos cada vez se

ndes trayendo a los brujos a este lugar. Siempre ha sido

e vienen cosas, Isolina,

osas, C

eremos estar más unidos que nunca. De otro modo, t

y se sentó bajo la luz de la

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