ciento curada y no tenía rasgos de haber sido torturad
. ―comentó
ra es? ―
media... d
uev
días, mi pequeña
a, agregué
a lo que te
n la vida. Así me sentía. Hacía tanto que no comía comida de verdad. El caldo estaba caliente. Abrigó no sol
he visto en todos tus momentos. En to
Él sonrió, pero no dijo na
rminado, estaba muy equiv
ia de Quetalco. No sirvió de nada que protestara que no me importaba ese bautismo que, más encima,
n las cosas así, sacramentadas y rígidas, todo con mucho rito y muy ceremonioso, así
e quiero
ó a reír,
icen t
―declaré con orgu
n ganas. Parecía
ismo d
sin comp
que soy" y se jacta de eso ―ex
qué infantil. Lo que no quería e
lo exigiera, no te haría pasar por esto, pero debes anular ese sacramento, de ot
dos, me gustaba imaginar que podía mirarlo sin dolor. Él se levantó el al
l ritual ―aclaró
ndí como p
a, sobre todo cuando l
ojos de mi vista y
qui
ude ver su expres
o es que... hac
continuó con su m
e hacer? ―preg
labios en una sonrisa, pero
, es a
Lo miré, no sabía si debía quitarme la ropa. Él inclinó la cabeza hacia un lado. Era lógico. Dejé caer
e allí, el viento del bosque me volvió a congelar. Intenté caminar, pero me tropecé. No puedo explicar el dolor que sentí en los dedos de mis pies al chocar contra una piedr
que existe y existirá en la tierra... ―murmuró
tienen que hacer
queña,
diaras ―musité abrazándome más
a de plumas que estaba en medio de la cueva, me
o. ¿No lo
on la c
Y la única forma es desarman
e me dejó sin respiración. El dolor lacerante de su mirada era nad
más poderosa que haya existido alguna vez. Pero
peor que lo
en una pared de la cueva. No sé en qué momento lo hi
tonc
n camin
tan
iguió sin respond
é ta
sta
trece noches, estaba más fuerte, ya no me asustaban m
fue la prueba de fuego. Ahora podrás enfrentarte a lo
que cargar
e avisé que podías caer... Estaba p
ue puedo
y seg
haré ―afirmé
cho, mi
azón, que no comprend
que todavía le
Qu
, no me hagas cas
aba bajo la cascada y al terminar, él me cargaba hasta mi cama. Cada día costa
licitó con un beso el día que t
―pregunté
edan otras cosas
todo es
as Tinieblas, el reino al
s tendré q
ahora, ya lo sa
aci
cir nada más. El hecho que hubiese estado allí, conmigo todo el tiempo, me dio las
omo siempre, una rica comida. Al menos así
to. ―Hice un mohín de des
pueda pasarle a un humano y ¿dic
es as
, es parte del proceso
que no podía hacer nada, además, era cierto que había pasad
remadament
reguntar al terminar de comer, aunque había pensado muc
endió su mano para
rado todo este estúpido proceso,
obedeces a tu padre ―ironicé, p
entablemente, él sigue teniendo control sobre mí,
cen que dios es amor
ese momento lo hizo más, pero un ai
iga eso, no lo conoce o
sus demonios. Se supone que tú eres el mal
uiero sin importarme nada. Quería libertad y la obtuv
é, no ent
te de sus seguidores. Me hastiaba su inagotable delirio de grandeza. Cuando creó a los humanos con algo que nosotros no teníamos que era el "libre albedrío", mi rabia fue mayúscula.
oria de A
va
egado la tierra por mucha lluvia, siete plagas en Egipto que había terminado por matar a los hijos de los reyes de ese lugar, el hijo de Dios que había venido a la tierra a morir por todos nosotros, pero de to
ú conoces, era algo más especial. Ya no está e
los probado c
corazón, no necesitaba más, pero como te di
que ver conmigo y con
ambién hiciste la Primera comunión y la Confirmación. Eso quiere decir que
cumplo t
que purgar tus pecados y tendrás que vivir un tiempo en el limbo, vagando y pagan
oles a despojarnos de la tierra, tengo una confusión en mi cabeza entre que si Caicalvilú o Tentenvilú crearon esta tierra, o si Ngenechén o tu p
o, porque mi padre lo quiso así. Me expulsó de sus tierras, por decirlo de algún modo, y me maldijo. Se dicen muchas cosas de mí, que soy el origen